Aprobados y suspensos del Celta: Un remate a puerta, una victoria
El conjunto vigués rentabilizó al máximo el tanto número 50 de Nolito con la camiseta celeste. Villar fue el otro héroe de la noche. Partido casi perfecto de Aidoo.
Iván Villar: Su actuación más determinante como portero del Celta. Firmó tres paradas de mucho mérito, especialmente un mano a mano con Ángel. El mejor de los celestes.
Kevin: Va a soñar con Cucurella. Su pareja de baile lo asfixió y el lateral céltico acumuló pérdidas. Se llevó un susto importante en una acción en la que se lanzó con todo al suelo y Cucurella le dejó la marca de un taco en la rodilla.
Aidoo: Poderoso en el juego aéreo. Su actuación rozó la perfección con el único lunar de una pérdida en la salida de balón cuando su equipo ya estaba desplegado en ataque. El ghanés demostró en este partido que está capacitado para ser el jefe de la zaga.
Domínguez: Sorprendente. Juega con la solvencia de un veterano y solo lleva dos partidos en Primera. La suerte no le acompañó en un resbalón que propició el mano a mano de Ángel con Villar.
Aarón: Providencial. Evitó el gol del Getafe en una espectacular acción defensiva en la que voló para bloquear un disparo a bocajarro. Muy fresco de piernas en la marca y las pocas veces que pudo subir la banda.
Beltrán: Se multiplicó para desbaratar los ataques azulones. Sostuvo físicamente a su equipo en el tramo final. Aseado con el balón, se metió entre los centrales para iniciar las jugadas sin asumir riesgos.
Denis Suárez: Jerarquía. Exhibe seguridad con el balón y una intensidad defensiva difícilmente imaginable hace unos meses. Pone el centro en la jugada del único gol del partido.
Brais Méndez: Clase y cansancio. Le pasó factura el derroche realizado 72 horas antes contra el Villarreal y Coudet lo sustituyó en la primera ventana de cambios que utilizó. Asociativo en el primer tiempo, no se entendió con Aspas tras el descanso.
Nolito: Desequilibrante. El Getafe es una de sus víctimas favoritas y el gaditano resolvió con oficio en el único remate a puerta del Celta en todo el encuentro. Además de marcar su gol número 50 con la camiseta celeste, dejó un par de detalles técnicos, sobre todo un caño, que solo lo pueden hacer los jugadores que tienen duende. Máximo compromiso defensivo mientras le duró la gasolina.
Iago Aspas: Organizador. Bajó reiteradamente a la medular para generar superioridad numérica en la elaboración de los ataques. El gol nace en una triangulación suya con Denis y Brais, en la que el moañés rompe los esquemas de la defensa del Getafe con un taconazo.
Santi Mina: Asistencia aérea. Ejerce de ’9’ puro en el tanto de Nolito, peinando el balón con inteligencia y precisión para habilitar al gaditano. Luchador incansable.
Solari (entró por Brais): No se quedó muy lejos de sorprender a un adelantado David Soria desde el centro del campo. Fue su única aparición en ataque. Saltó al campo con la premisa principal de cerrar la banda derecha y en los últimos minutos se movió más como interior al disponer Coudet una línea de cinco en la zaga.
Holsgrove (entró por Nolito): También se tuvo que adaptar a la posición de interior, en este caso por la izquierda. El Chacho apostó por el escocés para dar oxígeno a la medular. Con el Getafe buscando el gol a la desesperada, el jugador del filial no se encontró el escenario adecuado para demostrar su calidad.
Hugo Mallo (entró por Mina): Tercer central. No se complicó lo más mínimo y despejó varios balones de cabeza. Coudet no lo alineó de inicio porque el capitán arrastraba un golpe del partido contra el Villarreal.