El Eibar gana vida y deja chamuscado al Getafe
Recio marca en el minuto 88 un penalti cometido por Maksimovic por mano voluntaria. El partido fue un campo de batalla con más heridos que ocasiones de gol.
El Eibar encontró vida en el desierto. Se la ofreció Maksimovic cometiendo penalti en el minuto 88. Alberola Rojas, en uno de sus días nada acertados, no vio cómo el serbio despejó voluntariamente con la mano un taconazo e Sergi Enrich. Le rectificaron desde el VAR. Lanzó Recio y marcó, dejando al Eibar más cerca de la salvación y acercando al Getafe a los puestos de descenso.
Tuvo guasa quien asignó a Alberola Rojas, el árbitro que menos tarjetas saca, para dirigir el Getafe-Eibar, partido en el que dos de los equipos más duros se jugaban sobrevivir en Primera. Lo único que cuadraba en ese escenario era el nombre del estadio, Coliseum. Veintidós gladiadores saltaron a la arena dispuestos a dar hasta la vida. Sólo faltaron los leones. Porque así lo quisieron los dos equipos (en especial el Eibar) y porque el árbitro lo consintió, el partido se convirtió en un campo de batalla.
El más necesitado, el Eibar, fue el que más interés puso de inicio. Sergi Enrich tuvo la primera ocasión del partido en el minuto 5, al rematar una falta lateral colgada al área por Cote desde la izquierda. El remate se fue un metro por debajo de las nubes. Nadie imaginaría entonces que ese lastimoso remate iba a ser la única ocasión de la primera parte.
El primero en recordar cuánto había en juego fue Diop, que puso pierna fuerte en cada acción. Un calentón llevo a otro y al final aquello acabó en hospital de campaña. El golpe más duro se lo llevó Djené. El togolés saltó limpiamente pero Kike García le hizo la cama en el salto, una maniobra fea que acabó con Djené volteado y cayendo de mala manera sobre su cuello. Ver la caída asusta. De Djené se sabía que tiene el cuerpo lleno de abdominales y ahora también que su columna vertebral es elástica. El togolés no se tronchó el cuello de milagro, pero siete minutos después necesitó ser sustituido. No se descarta que las radiografías posteriores en el hospital desvelen que las cervicales de Djené son de goma.
El partido estuvo más tiempo parado que con el balón en juego. Así era difícil marcar goles. Lo que se acumulaban eran incidencias. Dmitrovic necesitó ser vendado en un pie; Timor con el costado sonrojado por un recado que le dejó Enrich; codazo de Kike García (de roja) en la cara de Arambarri; golpe de Ünal a Enrich…
La estadística más llamativa hasta el descanso no aparecerá en ningún análisis del partido, pero es la que mejor refleja lo que estaba siendo el partido: Parte de heridos 7; ocasiones de gol, 1.
En la segunda parte, el Getafe cogió los mandos. Hubo fútbol. Apareció un par de veces Ünal, pero también Kike García, quien tuvo la mejor ocasión del partido en el 61’, con un cabezazo que envió a las manos de Soria. Fue el primer remate entre los tres palos del partido. Un minuto después, Timor, sabiendo que Dmitrovic juega adelantado, probó fortuna desde su campo y estuvo a punto de marcar el golazo de la temporada.
El partido se animaba y Olivera tuvo el 1-0 (66’) en la ocasión más clara del partido. A metro y medio de la portería, más que rematar a puerta hizo una cesión a Dmitrovic.
Al Getafe le valía el empate y así se notó en los cambios de Bordalás. El Eibar necesitaba ganar y no se notó ni en el campo ni en los cambios de Mendilibar. Pero… llegó el penalti de Maksimovic, marcó Recio y vuelta a la casilla de salida.