Ramos está en el alambre
El capitán puede perderse lo queda de temporada con el Madrid tras su última lesión. Sigue sin renovar y la Eurocopa debe ser su gran escaparate.
La temporada se le complica aún más a Sergio Ramos. El capitán madridista volvió a lesionarse en el partido contra el Chelsea y puede perderse los cuatro partidos de Liga que le quedan por delante al Real Madrid. Sufre una "una tendinosis del músculo semimembranoso de la pierna izquierda". Puede perderse lo que queda de temporada. "No es una lesión grave y Ramos se va a curar, pero por edad, para volver a jugar en perfectas condiciones, puede tardar un tiempo. Es uno de los músculos de la parte de atrás del muslo... No está directamente relacionado con la operación de rodilla pero puede tener que ver...", asegura el doctor González, especialista consultado por AS.
Ramos, por tanto, tiene complicado jugar algún partido en lo que resta de temporada. Zidane no lo descartó, pero hacerlo sería un riesgo grande para él. Termina contrato el 30 de junio con el Real Madrid, las negociaciones por su renovación están enquistadas y en el horizonte aparece una Eurocopa con España que será un escaparate. Arriesgar para disputar algún minuto más con su club pondría en riesgo el torneo de selecciones para el andaluz.
Las posturas entre el capitán y el club están a día de hoy muy distantes. Ninguna de las partes ha movido ficha desde aquella conversación que tuvieron Ramos y Florentino en Elche el pasado 30 de diciembre. Los dos están condenados a volver a hablar, ya sea para sellar un nuevo acuerdo o para dar por concluidas las negociaciones y organizarle al andaluz la despedida que merece después de su exitosa trayectoria en el Madrid.
En cualquier caso, esa conversación se producirá cuando acabe la temporada. Ahora, el equipo tiene cuatro partidos por delante para convertir la campaña en un éxito, conquistando la Liga por segunda temporada consecutiva. Ni presidente ni capitán quieren distraer la atención hablando de la renovación.
Ramos está en un dilema: arriesgar para que su posible último partido no sea el del Chelsea, con aquel sabor amargo con el que abandonó Stamford Bridge, o ser cauto y no poner en riesgo una Eurocopa con España que puede ser clave para firmar un último gran contrato en su carrera deportiva.