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VALENCIA

Las teclas de Voro

La decisión del Valencia de prescindir de Javi Gracia si perdía contra el Barcelona estaba tomada desde antes del partido por la dinámica que tenía el equipo.

Voro, en un entrenamiento de esta semana, con Guedes, Mangala, Cheryshev y Diakhaby.
ALBERTO IRANZODIARIO AS

Voro González (L'Alcudia, 1963) fue el domingo a Mestalla consciente de lo que podía venírsele otra vez encima. Anil Murthy ya le había puesto en sobreaviso de que la continuidad de Javi Gracia corría peligro si se perdía contra el Barcelona y que él, como en anteriores seis ocasiones, sería el encargado de coger la nave del Valencia en mitad del temporal para llevarla a puerto sin daños que lamentar. Y así fue y así espera Voro que sea.

Gracia, a quien Lim no quiso despedir antes en parte por no pagarle finiquito y principalmente porque la temporada desde que comenzó la veía de mera transición, sin otro afán que la permanencia, y la idea era romper la relación una vez acabada la temporada, no fue destituido por perder contra el Barcelona sino por la dinámica en la que habita el Valencia (3 puntos de los últimos 18). El miedo al descenso se adueñó de quienes rodean en el club a Murthy y el Valencia se encomendó a Voro para que el patético año no acabe en hecatombe.

Voro, que ha dirigido al Valencia en 38 partidos de Liga (18 victorias, 47,37%; 6 empates, 15,79%; y 14 derrotas, 36,84%), sabe lo traicionero que puede llegar a ser el fútbol cuando un equipo está en barrena y el colchón de 6 puntos con el descenso no le dice nada. Al menos nada bueno. Voro sabe lo que se lleva entre manos porque cuando a uno le conocen como el ‘apagafuegos’ es por algo.

Por tiempo y forma, la actual situación se asemeja a la primera, la de abril de 2008. Voro sustituyó a Koeman en un Valencia que tenía 39 puntos (ahora 36) y cuando faltaban cinco jornadas (ahora cuatro), aunque en aquella tenía más presión (a solo dos del descenso) y también más plantilla (venía de ganar la Copa con Villa, Silva, Joaquín...). Su debut fue contra Osasuna, un partido que ganó 3-0, alejándose a cuatro del descenso y recuperando para la causa a Cañizares, Angulo y Albelda, a los que había apartado Ronald Koeman. 

Voro se estrenó como entrenador del Valencia contra Osasuna el 27 de abril de 2008.
David Villa deja su puesto en el campo a David Albelda, que tras meses apartado del equipo por Koeman, reaparecía contra Osasuna de la mano de Voro.
La afición del Valencia se volcó con el equipo, que comenzó la jornada a solo dos puntos del descenso.
Raúl Albiol y Alexis Ruano celebran la victoria contra Osasuna (3-0).
Alexis Ruano, Helguera, Miguel, Albiol y Albelda, a la conclusión del partido contra Osasuna, el día del debut de Voro.
Angulo, Cañizares y Albelda regresaron de la mano de Voro a la dinámica del equipo y a la convocatoria tras cuatro meses apartados por Koeman.
Voro dirigió contra Osasuna el primero de los 38 partidos que ha estado en el banquillo del Valencia en Primera División.
Mestalla recibió a los equipos con un tifo, para dar ánimos al equipo, que venía de ganar la Copa del Rey y que sin embargo estaba a solo dos puntos del descanso.

Las teclas de Voro

Voro se estrenó como entrenador del Valencia contra Osasuna el 27 de abril de 2008.

Foto:Alberto Iranzo.

David Villa deja su puesto en el campo a David Albelda, que tras meses apartado del equipo por Koeman, reaparecía contra Osasuna de la mano de Voro.

Foto:Alberto Iranzo.

La afición del Valencia se volcó con el equipo, que comenzó la jornada a solo dos puntos del descenso.

Foto:Alberto Iranzo

Raúl Albiol y Alexis Ruano celebran la victoria contra Osasuna (3-0).

Foto:Alberto Iranzo

Alexis Ruano, Helguera, Miguel, Albiol y Albelda, a la conclusión del partido contra Osasuna, el día del debut de Voro.

Foto:Alberto Iranzo

Angulo, Cañizares y Albelda regresaron de la mano de Voro a la dinámica del equipo y a la convocatoria tras cuatro meses apartados por Koeman.

Foto:Alberto Iranzo

Voro dirigió contra Osasuna el primero de los 38 partidos que ha estado en el banquillo del Valencia en Primera División.

Foto:Alberto Iranzo

Mestalla recibió a los equipos con un tifo, para dar ánimos al equipo, que venía de ganar la Copa del Rey y que sin embargo estaba a solo dos puntos del descanso.

Foto:Alberto Iranzo
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El secreto de Voro, que solo se estrenó con derrota en una de sus veces de interino (la última, tras el cese de Celades), es su cercanía con los jugadores (convive con ellos todo el año y les soluciona infinidad de problemas del día a día). Sus conceptos son básicos, claros y sencillos. Suele decantarse por un 4-3-3, defendiendo por acumulación y atacando por velocidad. Voro se toma con máxima responsabilidad las funciones de ser entrenador, aunque nunca aspiró a vivir de ello, de ahí que no hace inventos ni apunte matrículas de ningún jugador ni piense más allá del siguiente partido.