La conexión Mestalleta mueve los hilos del Espanyol-Málaga
Hace más de un cuarto de siglo que Vicente Moreno y Sergio Pellicer se conocen. Coincidieron en el filial del Valencia junto a Albelda, Palop, Javi Navarro o Angulo.
Resulta que el encuentro del sábado por la tarde entre Valencia Mestalla y Espanyol B en la liguilla por eludir el descenso a la Segunda Federación (0-0) encerraba varias historias particulares. Como la alineación de Fran Pérez –hijo del director deportivo blanquiazul, Francisco Joaquín Pérez Rufete– en el conjunto ché, igual que sucediera hace unas semanas en Sant Adrià. O el recuerdo inevitable para Manu Molina, quien militó en ambos filiales y que, actualmente en el Ibiza, acaba de anunciar que luchará contra un temor testicular. Pero también señala directamente el Valencia Mestalla-Espanyol B al encuentro de este domingo, en Segunda A, entre Espanyol y Málaga.
Más allá del propio Rufete, con pasado tanto ché como boquerón y presente perico, el nexo se sitúa claramente en los banquillos. Entre Vicente Moreno y Sergio Pellicer. Nacidos con solo un año y un mes de diferencia –46 y 47 tienen, respectivamente– y en municipios relativamente cercanos –Massanassa y Nules están separados por 65 kilómetros y tres cuartos de hora por carretera–, se conocen los entrenadores de Espanyol y Málaga desde hace más de media vida. Literalmente. Coincidieron como futbolistas en el filial valencianista, concretamente entre 1994 y 1996, en Segunda B. No demasiado, ya que en ambas ocasiones Pellicer se marchó cedido a media temporada –Hércules y el propio Málaga fueron sus destinos–, pero lo suficiente como para compartir una escuela.
En aquel Valencia B, que es como entonces se denominaba al Mestalla –y Mestalleta siempre en el imaginario colectivo–, compartieron Moreno y Pellicer vestuario con jugadores que se convertirían en auténticos clásicos del fútbol español, como David Albelda, Andrés Palop, Javi Navarro, Miguel Ángel Angulo, Javier Farinós, Quique Medina, Diego Ribera, David Clotet, Fran Figueroa (posteriormente, perico) o Pedro Belmonte ‘Piti’, con los años un icono del fútbol territorial catalán. Más de un cuarto de siglo después, el destino los ha reunido como técnico de Espanyol y de Málaga. Con temporadas más que meritorias, excelentes: la de un líder que tiene hecho su ascenso y la de una plantilla sin recursos de la que ha sacado auténtico petróleo.
