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LEGANÉS

La voracidad de Butarque o cuando hacer historia no vale

El Leganés pelea por jugar su primer play-off con el entorno viviendo en la insatisfacción eterna. Garitano: “Parece que después de estar en Primera todo está garantizado… Y no”

La voracidad de Butarque o cuando hacer historia no vale
PEPE ANDRESDIARIO AS

Butarque vive rodeado en las últimas semanas (quizá sea mejor decir meses) por una bruma de desánimo. La niebla procede del exterior, de eso que ahora se llama entorno, aunque se cuela por las rendijas del templo pepinero para calar a sus habitantes. A ellos este humo de desaliento también les afecta. Es contagioso. Y peligroso.

Parece fatiga pandémica en versión futbolera. Porque el estado de ánimo de todo lo que rodea al Leganés está ahora cortado por el mismo patrón: poco ímpetu, la rutina por castigo y cero expectativas de ilusión. Como si el equipo compitiera perdido en un limbo embadurnado por la nada. Nada que jugarse. Nada que disfrutar. Nada que celebrar. Quién lo diría.

Los blanquiazules son cuartos y pelean para disputar por primera vez en sus casi 93 años de historia un play-off con el que subir a Primera. Todo sin descartar aun (aunque sea difícil) la vía del ascenso directo, como en 2016. En otros tiempos semejante panorama sería motivo de euforia en una ciudad que palpitaría al ritmo de las franjas que laten en el escudo del Leganés. Pero un lustro después, la experiencia de catar fugazmente la élite ha elevado el listón de la expectativa hasta la estratosfera.

Sin ascenso a la búlgara

Traducido al diccionario de la exigencia el mensaje es simple: al Leganés (o a su entorno) sólo le vale el ascenso por la vía directa. Así lo parecían haberlo sentenciado prensa y aficionados. Cero alternativas. Argumentos como tener el segundo presupuesto de la categoría y una plantilla plagada de ex primeras era suficiente para reclamar como único camino el de subir arrasando. A lo Espanyol, vaya. Pero la realidad, tozuda en hacerse lo que ella dicte, ha sentenciado que la hazaña era más compleja de lo que parecía.

Pese a ello, la crítica no ha cambiado. Todo lo que no sea ascender a la búlgara sigue pareciendo premio de consolación y, por lo tanto, nutriente para la crítica acerada, ésa que habita más que nunca en las redes sociales. Con las gradas vacías, los espacios virtuales se han llenado y convertido en termómetro de un sentimiento que exuda mucha bilis y poca alegría.

El hartazgo de Garitano

El cóctel de desánimo ha terminado provocando lo inaudito: el hartazgo de Garitano, casi siempre mesurado en sus mensajes. Ya lo advirtió tras ganar al Alcorcón en la pasada jornada “Me da la sensación de que se está dando poco valor a lo que estamos haciendo”, dijo entonces. Pero más rotundo aún se mostró esta semana en una entrevista en El Comercio de Asturias aprovechando la visita del Sporting a Butarque.

Después de estar cuatro años en Primera y desciendes, parece que el estar entre los mejores o jugar un ‘playoff’ no se le da valor. Y a mí eso, que conozco la casa, no me gusta. No es nada sencillo. Parece que después de estar en Primera todo está garantizado. Y no. Cuesta muchísimo. Desde hace meses todas las preguntas son por el ‘play off’. Y ya pueden ver como está la clasificación. Garantizado precisamente no hay nada. Vamos a tener que hace un final de temporada muy bueno”, replicó rotundo como pocas veces.

En los despachos de Butarque comparten la reflexión con el añadido de que son muchas las voces que, desde principio de curso, vienen enunciando que estar arriba iba a ser complicado, lejos de la creencia mayoritaria, que lo veía más sencillo. Pese a todo, también hay sectores del vestuario que se sienten desinflados tras ver cómo el tren del ascenso directo está a punto de escaparse. Son esos mismos futbolistas a los que la entidad y el propio Garitano intentan reilusionar  para afrontar el tramo final de temporada sin brumas de incerteza y con la seguridad de estar viviendo una temporada para el recuerdo. Por mucho que para la nueva voracidad de Butarque, hacer historia no valga.