De Chilavert a Cristian Álvarez, los dos únicos porteros goleadores
El milagro del guardameta argentino en el descuento en el Anxo Carro rescata de la historia el famoso gol de penalti del paraguayo frente a la Real Sociedad en 1990.
El de Cristian Álvarez en el Anxo Carro es el segundo gol oficial que logra un portero en la historia del Real Zaragoza. El primero lo firmó el paraguayo José Luis Chilavert el 28 de enero de 1990, al transformar en La Romareda un penalti frente a la Real Sociedad en partido que finalizó con victoria por 2-1, y que trajo cola.
Aquel encuentro y aquel gol de Chilavert siguen muy presentes todavía en las conversaciones de repaso histórico de los aficionados zaragocistas. Fue un partido aburrido, pero con un tramo final frenético. A diez minutos del final, el búlgaro Sirakov abrió, por fin, la lata donostiarra al rematar de fuerte derechazo un centro de Belsué, y en el 87’ Górriz desvió con la mano un cabezazo de Sirakov a centro de Pardeza y se produjo uno de los penaltis más famosos de la historia del Zaragoza. Juanito, uno de los dos especialistas de la plantilla, junto a Señor, se dispuso a lanzar el máximo castigo, pero La Romareda, tras lo que había sucedido el miércoles anterior en el partido de Copa frente al Valencia, donde fallaron sus lanzamientos Juanito, Señor y Glaría, empezó a corear insistentemente el nombre de Chilavert y el entrenador Radomir Antic accedió a la petición popular, no sin antes indicarle a Villarroya que se quedara bajo los palos o que, en caso de gol, impidiera el saque de centro de la Real Sociedad. Chilavert batió a González de un imponente zurdazo cruzado y la locura se desató entre los jugadores y los aficionados. Se descuidaron todas las órdenes de Antic, Fuentes sacó rápidamente de centro y Goikoetxea marcó un gol desde 50 metros cuando Chilavert estaba de espaldas volviendo a su portería.
El 2-1 enfrió un tanto la alegría por la victoria y no faltó quien aprovechó para criticar durísimamente a Antic por haber dejado lanzar el penalti a Chilavert, en un ejemplo de ignorancia sin precedentes, porque el paraguayo anotó en su carrera nada menos que 45 goles desde los once metros, además de 15 de falta y otros dos de rechace.
Como reconocería muchos años después Goikoetxea, Señor, abiertamente enfrentado a Antic y a Chilavert, le felicitó en el propio campo por su gol.
Chilavert, polémico como nadie, tiró con bala, tras salir de la ducha: “En Zaragoza hay algunos malos informadores, o mejor dicho informadores que no son profesionales. Más bien les llamaría aficionados al periodismo, que no saben lo que dicen y que no tienen objetividad, porque cuando critican a uno es que quieren favorecer a otro (en referencia a Andoni Cedrún). A mí me miran con lupa, pero ahora tienen que soportar sus frustraciones porque las cosas me salen bien. No hago ni caso de las críticas. Estoy vacunado contra este tipo de cosas. Gracias a mí se ganan el pan de su familia. La afición se volcó conmigo y es una enorme satisfacción. Aunque fue todo muy rápido, en la celebración del penalti pecamos de inexpertos, pero lo importante es que ganamos”.
Antic, por su parte, tampoco se mordió la lengua: “Felicito a Sirakov porque ha sido el protagonista de los dos goles. Un goleador necesita paciencia y Nasko ha sabido sobreponerse a la presión de ciertos periodistas de Zaragoza, que están en su contra deliberadamente. En cuanto al penalti, Chilavert y yo hemos decidido que él lo lanzara después de lo que ocurrió el miércoles en Valencia en la tanda de penaltis, donde fallaron los tres especialistas de la plantilla. Desgraciadamente, mis jugadores se entretuvieron en las celebraciones, pecaron de inocentes y dejaron la portería vacía. Estábamos eufóricos y fue un descuido de todos, pero afortunadamente logramos la victoria. Todo el partido estuve convencido de que íbamos a ganar”.
En este recordatorio histórico, apuntar también que el primer portero en la historia del Real Zaragoza en marcar un gol, aunque no en partido oficial, fue Enrique Yarza, el guardameta de los ‘Magníficos’, al transformar un penalti en la final del Trofeo Carranza de 1962 frente al Barcelona, la noche en la que se estrenaron las tandas de penalti en todo el mundo, a iniciativa del periodista gaditano Rafael Ballester, y tras un prórroga que finalizó a las dos de la madrugada. El Zaragoza acabó perdiendo en la segunda tanda de lanzamientos.