Williams: "Nadie me va a hacer dudar de mis cualidades"
Admite que no está en su mejor momento físico ni anímico y tutela el crecimiento de su hermano Nico tras coincidir con él en el campo: "Es un sueño hecho realidad"
Iñaki Williams nunca olvidará dos fechas: el 6 de diciembre de 2014 y el pasado miércoles, 28 de abril de 2021. Fue cuando se estrenó él en el Athletic y cuando lo ha hecho su hermano Nico y pudo cumplir el sueño de coincidir juntos en el campo. El Real Valladolid pudo tomar nota de un momento histórico, que no se producía desde abril de 1986, es decir, hace 35 años. "Tuve un cúmulo de sentimientos, algo que he deseado mucho tiempo, es un sueño hecho realidad. Cuando llegué a Lezama soñé con ser parte del primer equipo y una vez aquí, con compartir vestuario con mi hermano. Lo hemos conseguido, aunque todavía queda mucho camino es joven tiene mucho margen de mejora", sostiene como un tutor deportivo del primer jugador nacido en el Siglo XXI que debuta como león.
A Iñaki se le veía tan radiante que hasta lo disfrutó más que con su propio estreno hace siete años. "Soy una persona que se alegra más por el éxito de mis seres queridos que por los míos, siempre quiero lo mejor para los demás. Sé lo importante que era para mi hermano. Estoy orgulloso por lo que está consiguiendo, está dando pasos agigantados y tiene que seguir por esta línea". Sus padres han tenido que luchar mucho para sacar la familia adelante. Esos orígenes sencillos están siempre presentes en el discurso del 9: "No lo hemos tenido fácil, nadie nos ha regalado nada, venimos de una familia humilde, lo que intentamos inculcar en mi hermano es esa cultura de la humildad, ha visto menos el sufrimiento. Tenemos que luchar por lo que queremos, hay que tener un esfuerzo continuo. Nico ha ido quemando todas las etapas en categorías inferiores".
Williams sabe que le toca empezar a ejercer de veterano en el grupo, porque en junio cumple 27 años y ya lleva 7 en el primer equipo. Tarde o temprano deberá coger el relevo de gente como Raúl García, al igual que este hizo con Aduriz. "El destino es el destino, hay pocas casualidades en la vida, cuando dos hermanos de raza negra están en este equipo es porque se dan una serie de cosas que parecen casualidad pero pasan por algo. Sabíamos que íbamos a jugar juntos, no adivinaba cómo ni cuándo, pero lo sabía. Todo pasa por algo. Mi hermano tiene que seguir con esa hambre de comerse el mundo, cuanto más lo tenga, más podremos seguir viviendo nuestro sueño y que nuestros padres estén más orgullosos". A Nico le da recomendaciones de 'padre' y le pide que "trabaje, se sacrifique y disfrute del fútbol y la vida, así podrá conseguir lo que quiera, que no se deje llevar por comentarios negativos, que se centre en la familia y los amigos que te van a querer, que haga caso de las críticas constructivas, no de las destructivas".
En lo personal, es muy autocrítico, como siempre. Asume que es el jugador más valioso de la plantilla y no está aportando lo que marca su caché. Aunque lo primero es valorar lo colectivo: "Me fastidia no haber ayudado con más goles. No está siendo una temporada del todo mala. Hemos ganado una Supercopa a la que con el tiempo se le dará importancia, y en dos años consecutivos hemos llegado a la final de Copa, aunque no hemos puesto la guinda al pastel. No estamos teniendo regularidad en Liga. A los rivales les cuesta ganarnos, pero hay que seguir por la línea de que el míster nos exija y ser un equipo competitivo, porque eso nos acercará a la victoria".
Insiste en que su cuenta goleadora es insuficiente: lleva un tanto en Liga (en Cádiz) en casi cuatro meses. "Me gustaría aportar más goles, pero he dado asistencias. Si no es con el gol, pongo al servicio del equipo el trabajo y sacrificio, seguiré esforzándome para ello. Nadie me va a hacer dudar de mis cualidades, seguiré trabando para ser cada día mejor". En esa línea, no esconde que anda mal: "La temporada se hace larga, jugamos muchos partidos, hay poco descanso, mentalmente te agota, no estás en los números ni donde quieres estar y eso pasa factura, no paso física ni mentalmente por mis mejores momentos, pero eso no significa que no voy a volver, cuando estoy en saliendo en la segunda parte se me ve con las piernas frescas".
Confiesa que la primera final de Copa perdida "fue un mazazo" pero más que por perder, que puede entrar en la ley del fútbol, "por no ser nosotros dentro del campo", y eso es "la espinita que nos queda". Admite que les pudo la presión, "y las ganas de querer traer el título a casa", pero tiene claro que les sirve de lección, "seguro que habrá próximas oportunidades y podremos disfrutarlas porque pocos de los que estábamos en el campo lo disfrutamos". Iñaki lo resume todo de forma expresiva, como suele hacer: "Fue muy duro, cuesta asimilar lo que estaba pasando, primero una hostia y luego, la otra, volvimos a la realidad, caímos a lo más bajo".
Además, maneja un discurso coherente sobre la ausencia de la gente en los estadios y la emigración de la Eurocopa de San Mamés hacia La Cartuja. "Hay que velar por la seguridad de la gente. Si en Euskadi no se puede ir a los estadios es por algo. Vivimos momentos críticos, hay que tener conciencia de por lo que estamos pasando. Lo que se dé en otras comunidades estará bien para ellos, pero estamos como estamos y hay que respetar las decisiones de las autoridades".
La burla de Remiro hacia su excompañero Iñaki en la final de Copa tuvo ayer un episodio de arrepentimiento por parte del portero de la Real. Aceptadas en Bilbao. "Todo el mundo se puede equivocar, el exceso de euforia te puede llevar a hacer cosas que no piensas, es un error, ha salido a pedir disculpas y me quedo con eso, no le doy más vueltas porque no va a venir bien a ninguno de los dos", acepta Iñaki, quien en octubre aproximadamente batirá el récord de partidos consecutivos en Liga que ostenta Larrañaga (202). "Hasta llegar hasta aquí no lo he pensado mucho, no es algo que me preocupe, llevo 190 desde que empecé en 2016, me gustaría batirlo, pero no es algo que me inquiete, lo importante es que gane el equipo, que alcance dos triunfos seguidos, entrar en Europa... mil cosas del equipo que priorizo antes que mis retos personales".
Por último, cree que es un error pensar que la temporada está finiquitada porque Europa se encuentra muy lejos, "no está dicho todo, matemáticamente no estamos fuera, hay que luchar por ello". El Sevilla les espera el lunes, "van a salir con todo, se juegan poder ganar la Liga, y si estamos con el 110 por ciento, los equipos nos respetan, hay que ser implacables en las transiciones ofensivas".