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BARCELONA

Para esto vino Griezmann

Otro doblete salvador del francés, como en la Copa en Granada. En la Supercopa de España hizo otro, pero ese día el equipo falló. El francés empieza a encontrar su encaje idóneo en el Barça.

Griezmann celebra uno de sus goles en Vila-real.
AFP7 vía Europa Press

Aunque sigue sin jugar en el sitio que le hace más feliz ("no es mi posición natural", dijo abiertamente después del partido en La Cerámica), Antoine Griezmann ya hace lo que se le pedía cuando llegó al Barcelona. Que decidiese los partidos como hace un crack. Y ojo que no es la primera vez esta temporada. Fue su cuarto doblete este curso. Otro también sirvió para salvar la cabeza en Granada, donde hizo el 2-1 y el 2-3 en los cuartos de la final de Copa, en uno de sus mejores partidos como azulgrana. Y el otro pudo significar el primer título de la temporada para el Barça, pero sus dos goles ante el Athletic no tuvieron premio por la aparición salvadora de Villalibre en La Cartuja.

Griezmann también había salvado el año pasado al Barça de un ridículo histórico con un doblete en Ibiza, pero lo más importante del partido ante el Villarreal es que se ve un Griezmann mucho más metido que hace unos meses en el ecosistema del Barça. Su primer gol fue una demostración de confianza, una genialidad. Un toque de gran inspiración. Y el segundo, la mejor prueba de un jugador que está con todas las luces encendidas, intuyendo lo que puede pasar en cada jugada. El 1-2 le dio tres puntos claves al Barça. Otra vez, Griezmann en modo salvador.

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Da la sensación de que, en los últimos meses, el francés empieza a entender mucho mejor su rol con el equipo. No es el de actor principal, pero todos los grandes como Messi necesitaron grandes secundarios a su lado. Ser brillante desde la discreción. Bien lo sabe Griezmann del mundo del baloncesto, que tan atentamente sigue de cerca en el Palau (el viernes estaba en la grada viendo el partido de la sección contra el Zenit de cuartos de la Euroliga). Y es lo que están haciendo el francés y De Jong en los últimos meses. A Messi empieza a gustarle el reparto de actores que ve alrededor. Especialmente, porque otros jugadores están ganando partidos en días en los que el argentino produce menos ocasiones y no hace goles como en La Cerámica. Unos días ha sido Griezmann, otros Dembélé. Pero también Alba, Pedri o el mismo De Jong. Hasta Braithwaite ha tenido su papel de salvador junto a Piqué en la eliminatoria contra el Sevilla.

Puede que, para Griezmann, su posición más cómoda en el actual Barça sea la de mediapunta junto a Messi en el 3-4-2-1 con el que ha jugado el equipo azulgrana, por ejemplo, en París. En la versión algo más conservadora, sin De Jong en el puesto de líbero, Griezmann debe jugar como jugador más adelantado. De ahí la frase: "No es mi posición natural". Pero aun así, el francés estuvo muy bien moviéndose entre la línea de atrás del Athletic en la final de Copa (marcó un gol con un desmarque fabuloso y se le anuló el segundo por milímetros el 5-0).

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Las cosas parecen ir mejor para Griezmann en un verano que se anticipaba movido para el Principito. Joan Laporta tenía en sus planes intentar hacer negocio con el francés y, quién sabe si con sus ingresos, poder afrontar el fichaje de Neymar. Pero si Griezmann sigue salvando el Barça en partidos y reivincándose, va a ser difícil moverlo de Barcelona. Por lo que se ve, además, el francés está encantado en el club. Y en el vestuario, como en todos los que ha estado, es uno de los jugadores más queridos. Genera buen rollo y es uno de los líderes de esta nueva ola de buena sintonía que hay en la caseta culé.

Gráficos de BeSoccer.