Boyé se agarra a la salvación
El Levante da vida al Elche tras encadenar su tercera derrota consecutiva. El equipo de Escribá coge aire con el gol del argentino.
Ganó el equipo que tenía la soga al cuello, el necesitado, el que llevaba semanas sin constantes vitales. Venció el Elche porque estuvo más intenso y acertado. El Levante dio aire al equipo de Escribá, que sigue creyendo en la salvación tras vencer siete jornadas después. Lucas Boyé fue el héroe franjiverde. El gol del argentino valió oro.
El Levante continúa en caída libre. Paco López insiste en que su equipo no está de vacaciones, pero sus números asustan. No sufrirá porque tiene colchón, pero en el Martínez Valero encadenó su tercera derrota consecutiva, el quinto revés en seis partidos. Ante Villarreal y Sevilla tuvo coartada, ante el Elche, un equipo deprimido hasta la fecha, no hubo excusa. Al menos, el conjunto granota murió en el área del Elche. Se enchufó demasiado tarde al partido.
El Levante tardó 35 minutos en disparar a puerta. No hay mejor ejemplo para escenificar que el conjunto granota está falto de tensión desde hace semanas por mucho que Paco López insista en tocar la fibra de sus jugadores y proclamar a los cuatro vientos que no hay falta de intensidad. El Elche, un herido de muerte y con pocos recursos, necesitó muy poco para hurgar en el conformismo del Levante. Vezo, tras un resbalón, lanzó el contragolpe letal del Elche. Tete de primeras encontró a Boyé y el argentino recorrió metros y sacó el látigo para cruzar ante Aitor. Casi sin hacer nada, el Elche mandaba en el marcador. Morales intentó poner el despertador a diez minutos del descanso tras realizar desde la frontal el primer disparo a puerta de su equipo. Gazzaniga paró sin problemas. Pocos partidos tan plácidos recordaba el argentino.
La charla de Paco López en el descanso debió ser dura, pero apenas tuvo efecto. El partido pudo acabarse en el minuto 66 cuando Tete Morente remató a la madera lo que pudo ser el 2-0. De la tranquilidad se pasó a la polémica, minutos que aprovechó el Levante para conectarse al partido. Primero, Vezo vio la roja, aunque el VAR anuló la expulsión porque en el origen de la jugada, el balón tocó en el pie del árbitro. A diez minutos del final y con los fantasmas sobrevolando el Martínez Valero, Dani Gómez tuvo la ocasión más clara. El delantero se plantó solo ante Gazzaniga, pero no acertó en la definición. Se lesionó en esa jugada, tras sufrir una herida con mala pinta. Ni el árbitro ni el VAR intervinieron. El Levante, con los cinco cambios hechos, se quedó con diez. Ahí, con nervios y tensión, murió un partido que ganó el necesitado.