Movilización masiva en Burdeos contra la quiebra del club
Miles de personas acudieron ayer a una protesta masiva contra los antiguos propietarios para pedir explicaciones por la delicada situación que vive el club.
Más de un millar de aficionados del Girondins de Burdeos salieron ayer a la calle para protestar por la delicada situación que vive el histórico francés. El pasado viernes, King Street, ya expropietario del club, anunciaba que dejaba de apoyar financieramente al Girondins de Burdeos y dejaba la gestión del equipo en administración concursal. La deuda, que asciende a más de 60 millones y podría alcanzar los 80, puede desencadenar en un descenso administrativo a la quinta división francesa.
Desde que llegara en 2018, la gestión de King Street en el Girondins de Burdeos ha ido de mal en peor. El club ha pasado de pelear por entrar en Europa a estar al borde del descenso esta temporada y tanto las nóminas salariales como el déficit de explotación, cifrado en 60 millones en 2021, se han ido incrementando con el paso de los años. Los ultras ya habían pedido la dimisión de los americanos en 2019 en una invasión de campo durante un partido contra el Nîmes y en la que protestaron la polémica de venta de entradas de King Street, que alegaba que había soldout en las zonas más baratas del estadio y vendía entradas por encima de su precio en sectores más caros.
La situación para el club es límite. Si no encuentra un comprador que liquide la deuda antes de final temporada, el Girondins perdería todos los puntos y se recalcularía la clasificación de la Ligue 1. Si encuentra compradores y se liquida la deuda a final de temporada, le quitarían 15 puntos, es decir, descendería a la Ligue 2. El mejor escenario posible es que aparezca un comprador que liquide la deuda antes de que acabe la Ligue 1 y, en ese caso, el conjunto bordelais no sufriría ninguna consecuencia. De momento, el Ayuntamiento se está volcando para intentar encontrar un inversor lo antes posible y evitar una crisis histórica en el Girondins de Burdeos.