Lingard explica el calvario que casi le hace dejar el fútbol
El ex del United es otro desde que salió a préstamo al West Ham, se ha convertido en la sensación de la Premier, pero casi lo deja por problemas mentales antes.
Jesse Lingard es el hombre de moda en la Premier, es otro desde que dejó el United, donde no tenía opciones, para enrolarse a préstamo en el West Ham. Nueve goles y tres asistencias en diez partidos con el club londinense. Vive un estado de euforia que contrasta sobremanera con lo vivido hace unos meses y que le llevó a pensar en dejar el fútbol, al menos a tomarse un tiempo porque no se reconocía a sí mismo. "No quería dejarlo definitivamente, pero sí por lo menos tomarme un tiempo fuera", ha explicado el internacional inglés.
A sus 28 años, explica que los problemas de su madre con una depresión que venía arrastrando, le afectaron también a él mentalmente en sus últimos meses en el United y le provocaron la peor reacción en un futbolista. "Iba a los partidos feliz sentado en el banco de suplentes y ese no soy yo. Se lo decía a mi hermano el otro día: '¿Recuerdas cuando estaba feliz sentado en el banco y todo esto?' No quería jugar porque mi mente no estaba ahí, no estaba concentrado en absoluto. Estaba pensando en otras cosas y obviamente reprimiéndolo todo; tratando de jugar al fútbol, no puedes hacerlo", se sincera. Su madre ha vivido en episodios de depresión durante gran parte de su vida, y el año pasado recibió tratamiento en Londres, por lo que Lingard se tuvo que hacer cargo de su hermano y de su hermana mientras lidiaba con una situación difícil en el United.
"A lo largo de los años hemos tenido ayuda para ella, pero incluso solo para mí es difícil reprimir las cosas. Te sientes como si no fueras la misma persona. Sentí que no era Jesse Lingard. Incluso en los partidos de fútbol, sentí que el juego me estaba pasando de largo, como si simplemente no quisiera estar allí, era una locura... Entonces, me abrí al United y les dije lo que estaba pasando, lo que mi mamá estaba pasando y siempre han estado ahí para ayudar", afirma el jugador.
Lingard había sido un fijo de Solskjaer la temporada pasada, pero en esta sus problemas extradeportivos le habían afectado mucho y apenas entraba en los planes del técnico noruego. El confinamiento fue un golpe de gracia para él. "Podría haber renunciado fácilmente a todo durante el confinamiento, y haber dicho: 'No, no quiero hacerlo'. Podría haberme rendido fácilmente, pero la lucha en mí siempre me devuelve a la vida y en el encierro me volqué en el gimnasio, haciendo carreras. Quería volver a entrenar más en forma y más rápido que nadie y lo hice. Siento que el encierro me ha transformado de alguna manera. Vi mis antiguos partidos y los de la Copa del Mundo y pensé: 'Sí, ese es el verdadero Jesse Lingard'. Simplemente ya no era yo en absoluto y podían ver eso. Mi hermano, que vive conmigo, podía ver eso y tiene un video de mí literalmente acostado en el sofá y yo solo estoy mirando durante tres minutos al aire y él solo piensa: '¿Por qué está pasando? Tiene el peso del mundo sobre sus hombros'. E incluso él no sabía por lo que estaba pasando en ese momento", relata.