Manolín Bueno: “En el Real Madrid a veces jugaba porque quería Di Stéfano”
Leyenda del Cádiz y del Real Madrid tras 12 temporadas vestido de blanco. Manolín Bueno habla sobre su paso por ambos conjuntos y sobre su amistad con Di Stéfano.
Manuel Bueno Cabral (Sevilla, 5-02-1940), más conocido como Manolín Bueno, es el mejor extremo izquierdo que ha pasado por el Cádiz. La leyenda del Cádiz y del Real Madrid atiende a AS para rememorar sus inicios en el Balón de Cádiz, su breve paso por el Cádiz y sus 12 temporadas en el Real Madrid (desde la 1959-60 hasta la 1970-71). De padre futbolista (Manuel Bueno) se crió en el campo de El Mirandilla, donde vivía y pasaba las horas acompañado de un balón. Sus genialidades con el esférico le hicieron llegar al conjunto blanco, donde se encontró un duro competidor, Paco Gento, que era el titular mientras Manolín esperaba su turno "pero Gento se lesionaba poco", afirma Bueno. Probablemente el único futbolista llamado por la Selección española siendo suplente, aunque no llegó a debutar. Di Stéfano fue como un padre para él.
Se puede decir que es cadista y futbolista de cuna. De padre futbolista (Manuel Bueno, portero) y viviendo en El Mirandilla.
Nací en el campo de El Mirandilla cuando mi padre ya era jugador del Cádiz y ahí vivimos. Siempre he estado en el campo de fútbol del Cádiz. Empecé a jugar en el Balón de Cádiz y ya luego pasé al Cádiz, aunque estuve poco tiempo, solo un año. Luego casi 13 años en el Madrid y dos en el Sevilla.
Comienzo y final de carrera deportiva en el Balón de Cádiz.
También jugué un solo año hasta que me pasaron al Cádiz. Antes de retirarme volví otra vez al Balón y ya después entré como segundo entrenador del Cádiz con Enrique Mateos cuando se consiguió el primer ascenso a Primera División (temporada 1976-77).
Y rápidamente, en cuestión de meses ya era del Real Madrid.
Cuando llegué al Madrid iba a cumplir los 19 años. Cuando firmé con ellos pensaba que me iban a ceder, pero hicieron un partido entre titulares y suplentes, me vieron y Di Stéfano decía "a este nos lo tenemos que llevar a los partidos para verlo mejor". Hice la gira en Sudamérica y yo jugaba las segundas partes, cuando quitaban a Gento, y hacía cosas que no eran normales. Di Stéfano me preguntaba que cómo sabía hacer esas cosas. Yo le decía que eso era lo que hacía todos los días, que vivía en un campo de fútbol y estaba desde por la mañana hasta por la noche con un balón. Le contaba a Di Stéfano que sabía hacer caños porque todos los jueves en los Salesianos jugaba contra los seminalistas y aprovechaba cuando se levantaban la sotana para hacer un túnel. Se partía de risa. Nunca pensé que fuera a jugar en el Madrid.
Momento clave para que comenzara de verdad su etapa en el Real Madrid.
Jugué dos o tres entrenamientos y me dijeron que me quedaba. Dio la casualidad de que tuvimos que ir a jugar la Copa Intercontinental y Gento no fue. Fui yo y la ganamos. Además, fui uno de los mejores del partido.
Siempre se dice que Paco Gento era su rival, pero en lo personal les unió una buena amistad.
La amistad era la amistad. Cada uno jugaba a lo suyo, y Gento no se lesionaba mucho. Cuando veían que me enfadaba me ponían de extremo derecho. Yo jugaba los partidos cuando nos enfrentábamos a jugadores que daban muchas patadas. Algunos defensas no veas la que daban. A mí me querían todos los equipos de España, y yo me enfadaba mucho porque quería jugar. Cuando jugaba era de los mejores, pero al partido siguiente jugaba Gento otra vez.
Recibió ofertas de grandes equipos.
Vinieron a buscarme equipos como el Barcelona, el Valencia, el Sevilla, equipos extranjeros… Santiago Bernabéu (era el presidente del Real Madrid) me decía que no tenía que enfadarme porque el suplente de Pelé era el segundo mejor delantero del mundo y yo era el segundo mejor extremo zurdo del mundo, porque Gento era el primero. Yo le decía que no me enfadaba, que cuando fuera a comprar a la plaza le diría al pescadero que me diera la merluza porque yo era el segundo mejor extremo zurdo. Bernabéu se partía de risa y de vez en cuando me subía la ficha.
Del Barça hubo oferta, ¿no?
Cuando yo estaba en el Cádiz se interesaron por ficharme. También el Sevilla, antes que el Cádiz incluso. Me hizo una prueba e hice la gira con ellos (Sevilla FC). Fui de los mejores y me quisieron fichar, pero tenía una pequeña lesión en el tobillo y me volví a Cádiz para regresar cuando me curara. Pero ese verano el Rapid Viena hizo la presentación frente al Cádiz. En el descanso, el presidente del Cádiz (Vieira Aguilar) le pidió a mi padre que jugara yo el segundo tiempo. Yo estaba en la puerta de mi casa comiéndome un bocadillo, mi padre me lo dijo y jugué. Le ganamos al Rapid Viena y me fichó el Cádiz.
¿Cómo era Di Stéfano como jugador y compañero?
Como jugador, para mí, no había nadie como él en el mundo. Ha habido muchos jugadores, pero como Di Stéfano, ninguno. Alfredo Di Stéfano era un jugador que nunca quería perder y exigía mucho. Si pasaba un balón y el compañero no lo paraba bien le metía bronca. Se enfadaba mucho, pero era una bellísima persona.
Tenían buena relación.
A mí Di Stéfano me tenía como su hijo. Muchas veces jugaba porque él quería que jugara. Cuando Di Stéfano se fue del Madrid me quiso llevar con él en varias ocasiones, pero el Madrid no me dejó ir. Cuando él entrenaba al Valencia yo estaba ya en el Sevilla y nos enfrentamos en un partido decisivo, si ganaba el Valencia eran campeones de Liga. Yo no quise jugar, pero el entrenador me dijo que sí, así que yo ni toqué el balón. Ganó el Valencia y fueron campeones. Teníamos muy buena relación.
El momento que nunca llegó en su carrera fue un Cádiz - Real Madrid. ¿Le hubiese gustado enfrentarse al Cádiz?
¡Claro que me hubiera gustado! Yo estaba ya en el Cádiz y cuando fue a jugar el Cádiz contra el Madrid y no fui ni a ver el partido. Añoraba el haber estado allí y en el Cádiz y sabía que lo iba a pasar mal.
¿Cómo fue su salida del Real Madrid?
El Madrid, siempre que se perdía una final, echaba a los que tenían más edad. Ese año era yo el que más jugaba, pero tuve un golpe en la rodilla y se me inflamó. Jugamos en Atenas la final de la Copa de Europa frente al Chelsea. Me dio un ataque de alergia y no podía salir de la cama. Llamaron a Gento para jugar. El primer partido se perdió y entonces me dijeron que tenía que jugar yo. Estaba malo en la cama, pero fui a jugar. A los diez minutos de empezar el partido me cambiaron. Me enfadé y me senté detrás de la portería contraria. Después me llamó Saporta y me dijo que Gento y yo a la calle y que si no me iba a otro equipo me hacían homenaje, pero si no no. Me fui al Sevilla y no me hicieron homenaje.
¿Cómo está viendo al Cádiz esta temporada en su regreso a Primera?
Veo al Cádiz muy bien. Quitando a los primeros equipos, que marcan diferencias, los demás son más o menos iguales. En el fútbol ahora hay que correr mucho. El Cádiz, para mí, de la mitad de tabla hacia abajo, es el mejor. Tuvo la suerte de que los dos primeros partidos que jugó contra Madrid y Barcelona los ganó, y eso le dio mucha ventaja. De los equipos que vienen no veo que ninguno sea mejor que el Cádiz.
¿Conseguirá el Cádiz la permanencia?
¡La tiene seguro! Con los puntos que le saca a los de abajo creo que la tiene seguro, aunque venga el miércoles el Madrid. A ellos un empate también les viene bien, a ver si se dejan (bromea).
Y el Real Madrid, ¿ganará la Liga?
Lo tiene difícil, pero el Madrid es el Madrid. ¿Quién iba a pensar que iba a estar ahí tal y como empezó LaLiga? No lo pensaba nadie.
¿Le gusta el VAR?
El VAR le ha quitado muchas cosas al fútbol. El fútbol es pasión y ahora la gente no puede ni protestar en el campo y muchas veces el VAR también se equivoca”.
¿Echa de menos ir a Carranza?
El año que viene creo que esto ya habrá pasado y, aunque sea controlando el aforo y con separación, habrá público y ambiente.
Un pronóstico para el Cádiz – Real Madrid.
Yo quiero que ganen los dos, pero como no puede ser, que al menos empaten.