García Plaza: "¿Por qué ahora no ganamos fuera?, pues no lo sé"
Tras llegar a la jornada 29 invicto como visitante, el Mallorca ha perdido 11 puntos en los últimos cuatro partidos fuera de casa.
La condición de mejor visitante de la liga se tambalea en el Real Mallorca cuyo rendimiento lejos de la isla ha variado sustancialmente. sus números no dejan de ser excelentes, pero se ha dado la vuelta la tortilla y si lejos de la isla era infalible, ahora es vulnerable, mientras que como local, las dificultades se han convertido en contundencia.
Hasta la jornada 29 en la que los bermellones visitaron al Sporting, los baleares llegaban a tierras asturianas en la jornada 29 sin conocer la derrota como visitantes con un balance arrollador de 9 victorias y 4 empates en 13 partidos y con un balance goleador asombroso: 15 goles a favor y solo 4 en contra.
Desde la derrota en El Molinón-Qini, todo es al contrario pues los mallorquinistas en las últimas cuatro salidas arrojan un balance de 0 victorias, 1 empate y 3 derrotas con dos goles marcados y ocho recibidos. A la derrota en Gijón por 2-0 se unen la de Fuenlabrada por 4-0, el empate en Las Palmas, 1-1, y la derrota este pasado sábado por 1-0 en Castellón.
Preguntado por este cambio radical el entrenador Luis García Plaza, no le encuentra explicación: "éramos el mejor equipo fuera de casa con diferencia y ahora llevamos en las cuatro últimas salidas un punto de doce posibles, y sin embargo en casa, donde nos estaba costando más, ahora sumamos 13 de 15 posibles, y el equipo no ha cambiado nada, y me decían ¿por qué no ganamos en casa? y yo respondía: pues no lo sé, y ¿por qué ganamos fuera? y yo decía: pues no lo sé, y ahora parece que todo ha cambiado, en Son Moix sacamos tres puntos con facilidad, ganado fácil, y fuera no, ¿por qué?, y ¿por qué hasta ahora era al contrario?, tampoco lo sé".
La primera oportunidad para revertir la dinámica lejos de la isla será en la próxima jornada en la que el Mallorca vuelve a viajar para enfrentarse al Sabadell, otro equipo como el Castellón, el último verdugo de los baleares, que también lucha por eludir el descenso.