Aprobados y suspensos de Las Palmas: Araujo dirige la orquesta
El argentino fue de largo el mejor de los suyos. Tiró del equipo y consiguió un justo empate. La cruz, Benito: su fallo originó el gol del Málaga.
Valles:
Tuvo poco trabajo, pero el que tuvo lo solventó a la perfección como en aquella mano prodigiosa que le sacó a Caye Quintana. Está aprovechando a la perfección la oportunidad caída del cielo tras la marcha de Domínguez a la Sub-21.
Lemos:
En los partidos de ritmo plomizo se resiente como el que más. Asomó poco en ataque, su gran especialidad. Apenas exigido en defensa.
Suárez:
Una vez más, una roca en el eje de la zaga. No rehuyó el contacto, aunque tampoco es que tuviera mucho trabajo.
Curbelo:
El complemento perfecto de Suárez. Atento al corte sin mayores aspavientos. Una labor ciega pero tan válida como la que más.
Benito:
Como Lemos, sufre en los partidos de ritmo lento. Un fallo suyo en la marca fue el origen del gol del Málaga. No tuvo suerte.
S. Ruiz:
No podía hacerlo, y no dejó a su aire el Málaga a un futbolista de este calibre. Pudo darle un pase de gol regalado a Araujo que el argentino desperdició.
Mesa:
Crece a pasos agigantados. En partidos físicos se nota más su presencia. La confianza le lleva a pedir constantemente el balón. Ahora mismo, intocable.
Rober:
No tuvo acierto, pero tampoco fue porque no lo intentara. Se vació pero sin suerte.
Clemente:
Condicionado su partido por una rápida tarjeta amarilla, le perdonaron alguna más. Descentrado, nunca encontró su lugar ni ritmo. Fue, claro, sustituido.
Pejiño:
Volvió como un tiro tras superar la COVID-19, pero ahora se le nota falto de confianza tras varias suplencias seguidas. Las Palmas nota demasiado su ‘ausencia’.
Araujo:
Partido imperial el suyo, dando el paso adelante exigido ante la ausencia de Jesé. Se vació por toda la línea de ataque amarilla e hizo el empate tras un gran cabezazo. Un fuera de juego previo le privó del 2-1. Si adquiere continuidad en su juego será imparable.
Desde el banquillo:
Díez:
Sin tiempo de nada.
Aridai:
Un puñal por la banda izquierda. Combinación perfecta de ganas y acierto como en ese córner en el que le regaló, tan excelente su golpeo de pelota, el empate a Araujo.
Espiau:
Tiene pocas oportunidades ante la superpoblación amarilla en ataque, pero el empeño cuando le llegan no se le discute. Salió para fajarse. Lo consiguió.