Kane se queda solo
El delantero hizo dos goles, pero se fue lesionado del tobillo. Hay preocupación en el Tottenham. El día 25 juega la final de la Capital One. Mourinho no le dio ni un minuto a Bale.
Lo del Tottenham empieza a tener un solo nombre: el Harry Kane Club de Fútbol. Cómo no va a plantearse un jugador como él, que es pichichi de la Premier con 21 goles y además máximo asistente del equipo, que los spurs se le han quedado pequeños. Hoy, ante un Everton con el que estaba compitiendo por una posibilidad de colarse en Europa la temporada que viene, el Hurrykane volvió a meter dos golazos y mandó un balón a la madera, pero ni con esas pudo evitar el empate de los suyos. Sigurdsson, que también está demostrando ser un súper clase, le hizo la competencia en el lado opuesto, y puso las cosas en bandeja para un Liverpool herido. Se complican, y mucho, las posibilidades de ambos de jugar siquiera en la Europa League.
El inglés, que se marchó cojeando al final del partido, está tirando del carro en la temporada que más lo necesitan los suyos, y, si siguen teniendo alguna oportunidad de conseguir algo en un curso tan complicado, es fundamentalmente gracias a él. Una vez más, en una noche complicada, Kane volvió a aparecer, y lo hizo aprovechando una mala acción defensiva de Keane, que no acertó a rechazar un centro, para abrir el marcador. Le duró poco la alegría, de todas formas, a los spurs, pues Sigurdsson, de penalti, devolvió la igualdad al marcador apenas cuatro minutos después.
En la segunda parte, el islandés, aprovechando una asistencia de Coleman nada más entrar al terreno de juego, dio la vuelta al marcador con una definición maravillosa ante la que nada pudo hacer Lloris. Pero Kane, que es el más pillo de la clase, no perdona, y un nuevo regalo de la defensa toffee le permitió empatar de nuevo el encuentro. Con este resultado, el Tottenham se queda a cuatro y cinco puntos del Chelsea, quinto, y del West Ham, cuarto, pero con un partido más.