Aprobados y suspensos del Pucela: Castigo a la racanería
El Real Valladolid se dejó empatar y recibió un correctivo merecido que pudo ser incluso mayor en la segunda mitad.
El Real Valladolid se dejó remontar por un orgulloso Granada en un partido que no siempre demostró percibir como una final, ni siquiera como importante. Después de una primera mitad correcta, y tras ponerse por delante, los blanquivioletas se volvieron a diluir fruto de la racanería pandémica tantas veces sufrida este año, y que no palió el disparo al larguero de Kodro. Lejos de mantenerse por delante, hicieron méritos para que los nazaríes remontasen e incluso para recibir un mayor castigo en los compases finales.
Masip: Metió bien la manopla a los cuatro minutos para evitar el gol de Eteki, en la única ocasión clara del fuerte arranque granadino. Con el paso de los minutos mostró una virtud, que no manchó, y un defecto, que no limpió.
Janko: Tuvo una importante papeleta enfrente, la de defender a Machís, que no tiene una idea buena. Sin hacer un mal partido, le costó defenderle en alguna que otra ocasión. Sin embargo, esto le condicionó a la hora de proyectarse menos en ataque.
Bruno: Rindió a un nivel correcto, incluso teniendo presencia con balón mientras el Pucela lo tuvo, aunque a la postre cometió alguna de sus típicas imperfecciones. No llegó a defender bien alguna acción, como el disparo de Quini.
Javi Sánchez: Aguantó la primera mitad antes de volver a lesionarse muscularmente. El cúmulo de problemas físicos hizo que abandonara entre lágrimas el terreno de juego después de cuajar unos buenos minutos en su segunda titularidad seguida.
Olaza: Volvió a mostrarse cómodo galopando banda arriba y buscando sus asociaciones con Orellana. Perdió brío con el paso de los minutos y acabó metido de tercer central, algo que no se notó en medio del desastre generalizado.
Toni Villa: Actuó en la banda derecha, impropia para él. Se le vio activo, aunque menos hábil que otras veces. Sufrió alguna falta y se fajó a menudo en defensa, colaborando en estas labores con Janko, exigido por Machís.
Alcaraz: Escudero de Mesa y 'barrendero' por detrás del canario. Erró en alguna entrega y cometió alguna falta de esas muy suyas. Cuando el equipo se cayó, lo hizo en el centro del campo. No llegó a todo.
Roque Mesa: Comandó las operaciones después del cierto desasosiego de los primeros minutos. Mandón con balón, pisó campo rival, dejando varios detalles de calidad gestual y buenos pases. Acabó lógicamente fatigado.
Orellana: Participativo en el primer periodo, en el que Roque Mesa le buscó a menudo, dejó varios detalles buenos como la dejada para Kodro que acabó convertiéndose en el penalti. Definió bien la pena máxima, que fue una de sus últimas noticias.
Sergi Guardiola: Tuvo dos remates en la primera media hora que sirvieron para empezar a inquietar a Rui Silva, siquiera un poco. Intentó encontrarse con Toni a menudo, aunque con suerte dispar. Fue sustituido tras desaparecer.
Kodro: No alcanzó el remate en un centro de Orellana a balón parado. Sufrió el penalti cometido por Vallejo cerca del descanso. Voluntarioso, se descolgó a menudo. En el ecuador del segundo tiempo envió un disparo al larguero. Le volvió a faltar el premio.
Miguel Rubio: Algo nervioso por momentos, aunque no se amilanó. Le tocó pasar el mal trago de la remontada, sin salir en la foto de ninguno de los dos goles del Granada, y por tanto, sin ser responsable principal de ninguno.
Pablo Hervías: Tuvo alguna que otra arrancada prometedora, como el centro que remató Kodro al larguero. Sin embargo, el equipo fue muy exigido por su lado y su par, Quini, culminó la remontada.
Marcos André: Apenas participó en un contragolpe en el que erró en la toma de decisiones.
Nacho: Con él, Sergio apostó por variar de nuevo el dibujo táctico. Ni se percibió.
Weissman: Prácticamente inédito en los minutos que estuvo sobre el césped.