El Castellón da un paso de gigante
Un gol en propia puerta de Arribas dio la victoria frente al Oviedo al conjunto de Garrido, que continúa suma una sola derrota en los último siete encuentros.
El Castellón sumó tres puntos de oro de cara a la salvación a costa del Oviedo en Castalia. Los de Juan Carlos Garrido se impusieron gracias a un gol en propia puerta tras un gran envío de Rubén Díez que Arribas se introdujo en su meta. Con 35 puntos, y tan sólo una derrota en los últimos siete encuentros, los albinegros toman distancia con el descenso y viven su mejor momento desde la llegada del técnico valenciano, que creyó firmemente en la permanencia desde su presentación.
Garrido movió las piezas con jugadores fuera de posición, pero que están dando un gran resultado lejos de su hábitat natural. Krhin ejerció de central, Lapeña de lateral, Señé en el pivote, Rubén Díez en banda, Jorge Fernández en punta haciendo de ‘falso 9’ y Bodiger ejerciendo un papel similar al de Fellaini en el Everton de David Moyes.
Pero fue el Oviedo el que entró mejor en el encuentro, especialmente activo por las bandas. El primer acercamiento llegó por parte de una internada de Mossa que cerca estuvo de encontrar a Blanco Leschuk. La declaración de intenciones era clara por parte de los de Ziganda. Sin embargo, fue en una jugada de estrategia cuando llegó la más clara. Leiva colgó un balón al segundo palo y Juanjo Nieto, formado en la cantera albinegrra, enganchó con dureza y se marchó por muy poco.
El dominio de los asturiano era claro y Krhin, el improvisado central, achicó un disparo de Leschuk que, tras recortar a Gálvez, se relamía frente a Whalley. El invento funcionó.
Esa acción espoleó a los albinegros, que comenzaron a ganar metros en el campo e iban llevando el partido a su terreno. El Oviedo perdía incidencia por las bandas y el juego se embarraba en Castalia. Las fuerzas se igualaban, especialmente en el balón parado.
Salió mejor el cuadro local en el segundo tiempo. Más confiado con balón y consciente de que sumar de tres sería un golpe clave sobre la mesa de la permanencia. Hubo un cambio calve: Rubén Díez se juntó por dentro y empezó a fluir el fútbol. Incluso Marc Mateu estuvo cerca de sorprender con un disparo lejano tras una buena combinación, con el ’10’ rompiendo líneas.
El partido iba ganado en ritmo, pero un duro choque entre Edgar y Señé en el aire obligó a frenar el encuentro. Nahuel Leiva, testigo directo, se echó las manos a la cabeza por el impacto. El centrocampista castellonense acabó ensangrentado y con el tabique muy tocado.
El fútbol, no obstante, empezaba a dar razones al Castellón para creer. Cada vez estaba más cerca de la portería rival, pero le costaba poner a prueba a Femenías. Hasta que en una falta colgada desde el costado, Rubén Díez puso un balón tenso que Arribas se introdujo en su propia portería. La réplica por parte de Leschuk fue inmediata, pero su balón se marchó alto por muy poco.
Ziganda echó toda la carne al asador: con dos puntas y carrileros largos para empujar los minutos finales. Pero los de Garrido se defendían con oficio y tan sólo les faltaba manejar con mayor soltura el balón para evitar las continuas transiciones y firmar tres puntos vitales de cara al objetivo pese a los siete minutos de añadido y el susto del gol anulado a Rodri.