El Leganés espolea a los suyos para un "domingo de resurrección"
El cartel on-line previo al Leganés – Sabadell invoca el deseo de revivir e interpela a la afición para reformular sus pensamientos: abandonar la desesperanza y rearmar la ilusión.
Uno mira el tramo último de Liga del Leganés y le salta a la mente una banda sonora dolorida. Casi una saeta. Los pepineros han hecho penitencia extrema. Sólo cinco puntos de los últimos 18 posibles suenan a castigo divino. A desesperanza en el pecado. Pero estamos en tiempo de redención. Los milagros existen y en Butarque han decidido que no hay mejor fecha para proclamar el de su retorno a la vida que la jornada de mañana: “Domingo de resurrección”.
Es el título simple, pero directo y sin rodeos con el que el Leganés ha anunciado su próximo partido en un cartel online de humor escaso, pero emotividad reconocible. La composición de la imagen es parca como pocas.
Se ve Butarque desde la altura, iluminado y con una cierta bruma que dibuja sobre su bóveda imaginaria un círculo, casi una aureola divina. En la parte inferior del póster, elaborado por el departamento de comunicación del club y la agencia Hugin and Munin, una etiqueta también simple, pero rotunda: #FePepinera.
La composición está acompañada de un texto (copy en el lenguaje mercadotécnico) que llama a la arenga de una afición desencantada por ese tramo final de escaso éxito. “Este domingo comienza el tramo más decisivo de la temporada, y os necesitamos a todos para luchar juntos hasta el final por un sueño que parecía imposible hace solo unos años. ¡Vamos a por ello!”, interpela directamente el Leganés a sus aficionados.
Razón no le falta a este cartel que evoca uno de los mandamientos del Garitanismo: “Saber de dónde venimos y a dónde vamos”. Hace tan solo cinco años el Leganés veía como un sueño casi imposible el ascenso a Primera y aunque batallaba por ser uno de los dos equipos que lo consiguiera por la vía directa, toda la masa social pepinera disfrutaba del camino más allá de anhelos ambiciosos. Competir ya era gozar.
Es lo que ahora pretende el Leganés, que no quiere que el casi utópico objetivo de acabar en ascenso directo se convierta en un lastre que tiña de desesperanza todo lo que se pueda conseguir en este curso de pandemia, tan anómalo como importante. Tan ambicioso como realista.