La Rojita tiene guardianes

Son 23 los futbolistas que acaparan la atención, aunque para que todo funcione hay muchas personas detrás de los focos. En el caso de La Rojita la expedición es de 45 personas (incluidos los jugadores). Es decir, hay 22 miembros del staff (técnicos, médicos, fisios, comunicación...) encargados de que los internacionales sólo se preocupen por lo que ocurre en el césped.

Entre ellos, destaca el trabajo de Guille Ramos e Iván Serrano, los dos utilleros de la Selección. Su labor no es asunto menor: La Rojita ha llevado 1.300 kilos de equipaje a Eslovenia. Ropa, material médico, de entrenamiento, de fisioterapia, ayudas ergogénicas... A ese instrumental habitual hay que añadir ahora varios centenares de mascarillas.

Transportarlo es tarea de Guille (en la Federación desde 2007, es su tercer Europeo Sub-21) e Iván (desde 2017, se estrena en esta categoría). “Nuestra misión es que todo esté en su sitio y a su hora”, cuentan. Siempre llegan los primeros a los entrenamientos para que cuando los futbolistas asoman por el campo esté todo listo. Cuando termina, también son los últimos en marcharse. “El objetivo es hacerles el día a día más sencillo”, explican.

No dibujan tácticas en la pizarra, aunque resultan imprescindibles. “Son parte de nuestra familia. Nos hacen la vida más fácil y les valoramos muchísimo”, dice Brahim, uno de los cracks de esta Selección. Son largas horas juntos, confesiones, bromas… Pasan las generaciones y son muchos los futbolistas que mantienen el contacto con Guille, Iván y tantas otras personas que hacen una labor oculta en la Selección para que todo funcione. Días, semanas e incluso meses juntos, lejos de casa y de la familia, los convierten a todos en una pequeña familia en la que cada uno aporta su pequeño granito de arena para el objetivo común: levantar la copa de campeones de Europa.