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Ronaldo: “Mi corte de pelo de 2002 fue horrible, pido perdón a todas las madres”

La revista Sports Illustrated dedica un amplio reportaje al máximo accionista del Valladolid, que cuenta varias anécdotas, entre las que destaca su famoso peinado del Mundial 2002.

Ronaldo: “Mi corte de pelo de 2002 fue horrible, pido perdón a todas las madres”
PHOTOGENIC/PABLO REQUEJODIARIO AS

Ronaldo Nazario, actual máximo accionista del Real Valladolid y dos veces ganador del Balón de Oro, es el protagonista de un amplio reportaje realizado por la prestigiosa revista Sports Illustrated. En el artículo se hace hincapié en la faceta del exdelantero brasileño como propietario del club pucelano, pero también se repasan varios episodios de su época como futbolista. Una de las anécdotas que se relatan es la relativa al llamativo peinado que lució O Fenómeno en la final del Mundial de Corea y Japón. Él mismo califica con contundencia aquel 'look'. "¡Horrible!", brama. "Pido perdón a todas las madres que vieron a sus hijos hacerse el mismo corte de pelo". Pero, según explica, había una razón para esa excentricidad. Ronaldo se había lesionado un músculo de la pierna antes de la semifinal contra Turquía, y el día anterior a la final no quiso hablar de ello con los medios de comunicación brasileños. "Así que me corté el pelo", dice. "Vi a mis compañeros de equipo y les pregunté: '¿Os gusta? Dijeron: '¡No, es horrible! Córtate esto". Pero los periodistas vieron mi corte de pelo y se olvidaron de la lesión". Al día siguiente, Ronaldo se recuperó del golpe en la pierna y marcó el gol que llevó a Brasil a la final.

Ronaldo: “Mi corte de pelo de 2002 fue horrible, pido perdón a todas las madres”

Otro de los capítulos de la vida de Ronaldo que recoge el reportaje se centra en el día en que el brasileño conoció a Michael Jordan. Tuvo lugar en el verano de 1999, en la sede de Nike en Beaverton (Oregón). Las dos estrellas en sus respectivos deportes se encontraron por primera vez. Michael Jordan tenía 36 años, un año después de ganar su sexto y último título de la NBA. Ronaldo tenía 22 años, ya había sido dos veces mejor jugador del mundo y se había convertido en el delantero más temido de la historia. Más de dos décadas después, Ronaldo no puede evitar sonreír ante lo que Jordan le comentó aquel día. "Me dijo: 'Eres el Michael Jordan del fútbol'", recuerda Ronaldo.

Con el paso de los años, Ronaldo Nazario ha tenido que compartir su nombre con otros dos cracks mundiales: Ronaldinho y Cristiano Ronaldo. "La coincidencia es increíble, que tantos Ronaldos sean muy buenos", dice. "Es una especie de nombre afortunado". Mientras que los padres de Cristiano Ronaldo le pusieron el nombre de Ronald Reagan, la familia de Ronaldo Nazario le bautizó con el nombre del ginecólogo de un hospital de Río de Janeiro. "El médico hizo el parto gratis porque mis padres no podían pagar", cuenta Ronaldo. "Al final, mi padre le llevó tres kilos de gambas que recogió en la playa, y entonces mis padres me pusieron el nombre del médico".

Tras retirarse como jugador hace una década, podría haberse ido de vacaciones a cualquiera de sus casas en Madrid, Ibiza o São Paulo. (Sus cuatro hijos, de 10 a 20 años, a los que visita regularmente, viven todos en Brasil). Podría haber contado todo el dinero que ha invertido, pero Ronaldo quería trabajar, volver a sumergirse en el fútbol. Entrenar no estaba en su lista de deseos; demasiada inseguridad laboral, y prefería dirigir a cuatro o cinco personas, no a 25 jugadores, así que después del Mundial de 2018 le llegó la oportunidad de comprar el Real Valladolid. Por 30 millones de euros (36,1 millones de dólares), Ronaldo compró una participación mayoritaria del club pucelano. Ronaldo está esforzándose por perder peso. Una de las razones por las que quiere deshacerse de esos kilos es que le gustaría volver a jugar al fútbol. No lo hace desde hace casi tres años, porque cada vez que pisaba un campo se lesionaba. "En mi cabeza, creo que todavía puedo hacerlo", dice. "Y cuando alguien me da el balón dos metros por encima de mí, mi cabeza piensa que puedo llegar a él, y ése es el gran error, porque no puedo. A veces hay buenos partidos para las leyendas, y yo quiero participar en ellos".

Ronaldo vive principalmente en un apartamento en Madrid (vendió su casa al capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, hace unos años) y ha montado una oficina comercial del Real Valladolid en la capital española. "Somos un equipo de primera división, pero no tenemos la infraestructura que creemos que necesitamos", dice Ronaldo, quien añade que "tenemos que construir una ciudad deportiva para el primer equipo, para la cantera". A medida que el equipo explora posibles emplazamientos, también comienza una remodelación en cuatro fases del estadio, que apenas se ha actualizado desde que se construyó para el Mundial de 1982, repleto de un foso que rodea el campo, para separar a los jugadores de los aficionados.

Ronaldo trabaja sobre todo en la oficina de Madrid, pero se toma al menos dos días a la semana para ir en coche a Valladolid, donde asiste a todos los partidos del primer equipo, a algunos del segundo y a algún que otro entrenamiento. "Estoy un poco metido en todo", cuenta en Sports Illustrated. "Quiero estar cerca de los jugadores y ver lo que necesitan, pero intento no acercarme demasiado, quedarme en mi sitio. No quiero ser el presidente que dice: quiero esto y aquello, si no, te echo" y destacó que el club ha hecho una gran inversión en el filial, valorando la inversión en 2,6 millones.

El objetivo final de Ronaldo, sobre el que es transparente, es vender el Real Valladolid para obtener beneficios, pero no hasta dentro de cuatro años como mínimo, y no hasta que su grupo haya llevado al club a un nuevo nivel. Para él, eso significa luchar por ganar trofeos y, eventualmente, ganarse un puesto en la competición europea. "No me voy a quedar aquí para siempre, porque tengo otras cosas en mente para el futuro", dice. "Pero es demasiado pronto para hablar de eso. Quiero hacer que este club sea mucho mejor y más grande que cuando lo recibí. Después de eso, ya veremos. Por ahora, es sólo seguir trabajando y mantener el club en Primera división". La perspectiva del descenso "es una situación muy nueva para mí", dice Ronaldo, que nunca estuvo cerca de descender durante su carrera como jugador. "Tengo que confesar que sufro mucho en esta situación".

Sin embargo, como tantos otros en todo el mundo, los momentos más difíciles para Ronaldo este último año han llegado fuera del trabajo. En Navidad visitó a su familia en Brasil, donde sus padres, Sonia y Nelio, estuvieron hospitalizados con el coronavirus durante tres semanas. "Ahora están a salvo, pero los dos últimos meses hemos pasado momentos muy difíciles", dice. "Así que todos esperamos que este año sea mejor".

Y como no podía ser de otra forma en un reportaje sobre Ronaldo, el exdelantero recuerda cuáles son sus goles favoritos: "Me encantan todos mis goles, son como mis bebés", dice. ¿Pero un favorito? "Siempre elijo los dos con Brasil contra Alemania en la final del Mundial de 2002. No fueron los más bonitos, pero sí los más importantes. Dos años antes nadie creía que pudiera volver a jugar al fútbol, pero. fui el máximo goleador y ganamos el Mundial. Esos dos goles representan mi gran lucha durante dos años".

Ronaldo comparte otra anécdota del Mundial que selló su lugar en la historia. Cuatro años antes, el día de la final de 1998 en las afueras de París, Ronaldo se había echado una siesta después del almuerzo durante la cual su cuerpo convulsionó, y apenas tuvo influencia en el juego en la sorprendente victoria de Francia por 3-0. En Japón, sin embargo, Ronaldo tuvo un plan diferente. Después de la comida del día de la final, dice, "estuve caminando por el pasillo buscando a alguien que me hablara para que no me durmiera, para que no me volviera a pasar. Encontré a Dida y le dije: 'Dida, por favor, quédate conmigo. Habla conmigo'. Y estuvo conmigo hasta que salimos en el autobús hacia el estadio".

Ronaldo ya no es capaz de conjurar goles que ningún otro ser humano podría imaginar. Pero está aprovechando otra faceta que tiene su propio valor intrínseco para llevar al Valladolid a lo más alto posible. "He nacido para trabajar, para producir", dice. "Realmente no me importa si la gente me recuerda como Ronaldo el Gordo o Ronaldo Fenómeno. He dado lo mejor de mí en todo lo que he podido. Fue una gran carrera, y ahora he empezado una nueva. Y quiero ser el mejor en esta carrera también".