El Girona tira de épica y evita que el Albacete salga del descenso
El conjunto rojiblanco, gracias a los tantos de Sylla y Stuani en el añadido, remontó el 0-1 de Ortuño. El juvenil Arnau se luce y los gerundenses sueñan con el playoff de ascenso.
Olviden todo lo que vieron antes del minuto 90 de partido del Girona-Albacete. El conjunto rojiblanco demostró estar unido a la épica en las últimas jornadas y la 'Zona Cesarini' vuelve a catapultarle. El Albacete se veía ya fuera del descenso gracias al tanto de Ortuño en el 68’, pero si te enfrentas a un rival que cuenta con Sylla y Stuani no puedes dejarle medio metro de más porque te matan. Y dicho y hecho. No necesitaron brillar para, en el añadido, darle la vuelta a un partido que estaba perdido. Los gerundenses se aferran de esta manera a la lucha por el playoff (vislumbran al Rayo, sexto, a cuatro puntos) y los manchegos regresan, hundidos, a la última posición de la tabla. Todo parecía escrito para que la ley del ex, que es impepinable el mundo del fútbol, volviera a lucir y así fue. En clave gerundense, eso sí.
Ortuño, que jugó en el conjunto rojiblanco la temporada 2013-14, firmó el 0-1 y tras ello, el Girona se hundió y se olvidó de jugar. Pero fue llegar el añadido, los manchegos colgarse del palo y desatarse la tormenta perfecta. El 1-1 de Sylla llegó tras un saque de banda a favor del Albacete y después, parecía claro que iba a llegar el 2-1. Lo hizo con Arnau Martínez como asistente de lujo y con Stuani, que regresaba tras lesión y tiene pasado manchego, como verdugo. En tres minutos, el Girona remontó un duelo que tenía perdido y es, sin duda, un golpe de moral tan grande como difícil de superar para un Albacete que no puede evitar abandonar Montilivi con una sensación malísima. Tenía en su mano dormir fuera de los puestos de descenso y ahora es colista de Segunda División.
Lo cierto es que Francisco hizo méritos para que el destino le sonriera ya desde el inicio porque no le tembló el pulso a la hora de colocar a un juvenil de titular: Arnau Martínez recibió la alternativa. Con él, ya son 32 los jugadores que ha utilizado en Liga este curso (récord) y lo cierto es que al joven jugador rojiblanco no se le notó la presión. Se lució y demostró que ha llegado al mundo profesional para quedarse. Motivos para dudar pudo tener porque el Albacete inició mejor el duelo, mostrándose más intenso e incisivo, pero es que su duelo fue para enmarcar.
Pese a mostrarse incisivo y con ganas, el conjunto de Menéndez, con el paso de los minutos se quedó en terreno de nadie. Álvaro Jiménez, que obligó a lucirse a Juan Carlos en el 8’, fue el único que parecía con ganas de morder. Y ante la falta de veneno del rival, el Girona se dispuso a atemperar el duelo, a elegir bien las ocasiones con las que poder hacer daño y pudo salir vencedor de la primera mitad. Gumbau avisó en el 13’ con un tiro desde fuera del área y la ocasión más clara llegó en el 37’. Luna superó a Tomeu Nadal con un tiro cruzado con la pierna izquierda y Boyomo fue el salvador del Albacete al desviar el balón.
El Girona pareció estar esperando a que salieran primeras espadas como Pablo Moreno y Samu Saiz para adueñarse del duelo, pero le costó. Aun así, Francisco era consciente que no era un duelo para especular y dio entrada a Monchu y Stuani. El técnico fue atrevido y se llevó un garrotazo. Luna salió en la fotografía porque se vio totalmente superado por un Ortuño que no desaprovechó el 'regalo'. Con el 0-1, los rojiblancos se dejaron caer sobre la lona y cada vez que trataban de retar a Tomeu Nadal se topaban contra un muro. Pero en el añadido todo dio un giro de 180 grados. Al borde del abismo, el Girona está muy cómodo y se produjo la remontada en los tres últimos minutos. Los abrazos fueron para Sylla, Stuani y un Arnau pletórico.