El nuevo fútbol deja al Almería sin ascenso directo
Juan Muñoz iguala en el 99' desde los once metros para un Leganés en inferioridad numérica tras un penalti inventado por el VAR. Morlanes abre la lata en el descuento tras dos travesaños de Sadiq.
En ocasiones los comentarios de la barra del bar son los más acertados para explicar algo, como lo sucedido este sábado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, que en su corta historia ha vivido el penalti más escandaloso de la historia de Segunda División o visto como el portero del equipo visitante anotaba en el cuarto minuto del añadido, por no hablar de un resbalón del guardameta local en un saque de puerta que costó un gol. Lo de hoy no tampoco entra dentro de la lógica, siendo cuasi imposible explicar que un colegiado se erija en protagonista en el minuto 97 y se saque de la chistera un penalti inexistente. Bustinza y Maras disputaron un balón aéreo. En condiciones normales el lance no hubiese tenido más historia. En el fútbol moderno, ese en el que un milisegundo del VAR hace transformar una golosina en un plato de lentejas, Gorka Sagués Osco avisó de un posible penalti desde la sala de VAR a José Antonio López Toca que no dejó mal a su compañero de profesión. El exrojiblanco Juan Muñoz transformó la pena máxima, ya en el 99'.
La acción, imposible de justificar, llegó después de que el Almería hiciese lo más difícil, echando por tierra el heroico ejercicio supervivencia del Leganés, con un efectivo menos desde el minuto 13. No es coyuntural en el cuadro de José Gomes el estrellarse jugando en superioridad numérica. Ya le pasó ante el Girona, que se quedó con ocho. Ese día fue incapaz de anotar a pesar de tenerlas, al igual que hoy, de todos los colores. La entrada de Corpas fue un balón de oxígeno para los rojiblancos, que remataron por alto y por bajo, desde las botas de todos sus hombres de ataque. Pero no fue hasta el descuento cuando obtuvieron el premio con una llegada en segunda línea de Morlanes. Una conducción de Villalba acabó en las botas del centrocampista cedido por el Villarreal, que hacía un tanto importantísimo para el ascenso directo.
El protagonismo de López Toca en el descuento resta importancia incluso al hecho de que el Mallorca y el Espanyol tengan ahora las dos primeras plazas cuesta abajo. Porque el duelo era de capital importancia para el ascenso. Tanto Gomes como Garitano agitaron sus onces. El luso dio entrada hasta cuatro novedades (Ivanildo, Robertone, Brian Rodríguez y Lazo), mientras que el vergarés hizo cinco cambios (Riesgo, Bustinza, Omeruo, Gaku y Sabin por Cuéllar, Tarín, Miquel, Eraso, Arnáiz). Empezó dominando el Almería, con un cabezazo de Sadiq, si bien la presión alta del Leganés dificultada la circulación almeriense. El guion cambió al cuarto de hora, con la expulsión de Rubén Pérez tras una dura entrada a Lazo en el centro del campo, acción en la que el VAR también intervino, ya que el colegiado cántabro lo dejó en un primer momento en amarilla.
Los madrileños se vieron obligados a dar un paso atrás y replegarse, aunque la tuvieron en un remate de cabeza de Bustinza en un saque de esquina. El resto fue prácticamente un monólogo indálico, con un Leganés sobresaliente en el aspecto defensivo. Al Almería le costaba entrar tanto por el titánico esfuerzo visitante como por el espeso fútbol de su segunda línea de ataque, algo que también es estructural. Así, se entienden los disparos lejanos de Lazo -por partida doble- y de Brian Rodríguez, ya que la numantina zaga pepinera era un muro. Cuatro minutos antes del descanso Gomes dio entrada a Juan Villar por Samu sin esperar al paso por la caseta, en un mensaje ofensivo a su equipo.
Sin embargo, hasta que no entró Corpas en el 66' al Almería no le cambió la cara. Ese fútbol asociativo de los jugones del cuadro almeriense se ha diluido en las últimas jornadas junto al peligro desde los costados, algo que Gomes mejoró con la entrada del bañusco, que jugó como teórico lateral. El Leganés la tuvo con Rubén Pardo, justo antes del descanso y justo después. Fue un espejismo en el desierto en un día en el que el guion de partido viró con la tempranera expulsión y les obligó a achicar espacios y tapar el peligroso ataque rojiblanco. Con los de Garitano parapetados Morlanes fue el desequilibrio, rompiendo líneas. En el 53' filtró un genial pase a Juan Villar, asistiendo éste a Sadiq y mandándola el nigeriano al travesaño. Era más complicado errar que atinar, pero echó el cuerpo demasiado arriba.
Antes Juan Villar lo intentó con un voleón. En el ecuador de la segunda mitad llegó el citado cambio de Corpas como supuesto lateral, para acumular hombres por dentro (Villalba y Carvalho también sumaron), atrayendo para buscar ese juego exterior. Entonces el Almería empezó a tenerlas de todos los colores: Riesgo salvó a los suyos en un peligrosísimo disparo de Akieme a apenas diez metros, Villar probó con un cabezazo tras centro de Corpas, Sadiq volvió a estrellarse con el larguero. En el 82' los almerienses protestaron un posible penalti de Omeruo sobre el de Kaduna, pero el VAR ni entró. El Leganés respiró algo con un contrataque a punto de ser finalizado por Rubén Pardo, aunque Makaridze resolvió bien. Durante los 90 minutos dio la sensación de que aunque estuviesen dos horas más el marcador no se iba a mover. Pero el añadido fue otra historia. El Almería encontró su tesoro con una llegada desde segunda línea y el nuevo fútbol se lo quitó, premiando el buen hacer del Leganés.