Gracia se hace fuerte en Mestalla
Daniel Wass y Álex Blanco dan la cuarta victoria consecutiva al Valencia en Mestalla; el Granada se metió en el partido con un gol de Soldado en el minuto 89'.
El Valencia de Gracia se ha hecho fuerte en Mestalla y definitivamente espanta cualquier fantasma de pelear por el descenso. Daniel Wass y Álex Blanco, con mérito compartido en los goles con Gayà y Guedes respectivamente, firmaron la cuarta victoria consecutiva de los blanquinegros en su feudo. Triunfo justo, merecido, incluso corto. El Granada, sin la chispa necesaria por sus quehaceres europeos y aún así acabó metiéndose en el partido con un gol de Soldado en el 89’, continúa sin saber lo que es ganar a domicilio en Liga en lo que llevamos de 2021 ni tampoco en toda su historia en Mestalla (32 visitas).
Daniel Wass despertó a la hora de la siesta al Granada de su sueño europeo. Bueno, tampoco nos pasemos, porque hará falta mucho más que un gol como el del danés para ello. Digamos mejor entonces que Wass metió por la vía rápida al Valencia en el partido, algo a lo que no estaban acostumbrados los de Gracia, empeñados últimamente en resolver sus partidos en Mestalla en la zona Cesarini. Esta vez Wass solo gastó tres minutos y 11 segundos de juego para hacer su tercer gol en Liga, confirmando así que la presente es su temporada más goleadora de las tres que lleva por Valencia. Quinta asistencia de Gayà, a cuyo centro le acompañó el latiguillo de “medio gol”.
Se puede decir sin caer en una hipérbole que el Valencia cuajó una de las mitades más completas de la temporada. Tampoco el listón es que estuviera muy alto. Pero, así como de Cillessen apenas hubo noticias, Rui Silva fue el mejor entre los nazaríes, quien evitó que el partido llegara al descanso resuelto tirando de reflejos tras sendos remates a bocajarro de Álex Blanco, novedad en el once de Gracia, y otro de Guedes, que actuó dónde él quisiera jugar siempre, por detrás de Maxi Gómez.
Rui Silva fue uno de los seis futbolistas que repitieron en el once de Diego Martínez respecto a los que puso en liza el jueves ante el Molde. La frescura quizás fuera una de las claves de la superioridad che; la vuelta de los Gayà, Soler, Racic y Maxi también tuvo que ver. Se ha dicho tantas veces que parece un mantra, pero el Valencia tiene más once que el que dibujan los 33 puntos que lleva, aunque hay que darle también su mérito al hecho de que salgan a competir como lo vienen haciendo últimamente en Mestalla con la que les cae cada semana a su alrededor. Que si Príncipes, que si estadios, que si esto, que si aquello…
El paso por los vestuarios no sació la sed de victoria del Valencia, que tuvo otra ocasión de Guedes al poco de empezar, aunque los cambios de Diego Martínez le dieron más empaque a su presión y por ahí, por Montoro y Machis (quien se lesionó a los 18 minutos de entrar), inició el Granada una reconquista de terreno que le llevó a creer que podía pescar algún punto. Ese paso al frente de los nazaríes se tradujo en una presencia más constante en las inmediaciones de Cillessen, un portero que se siente más cerca de la Eurocopa con cada partido que juega y que mostró su firmeza tras remates de Soldado y Montoro.
El Valencia, en verdad, seguía sin mostrar fisuras. Solo su escueta ventaja invitaba a pensar que pudiera no llevarse su cuarta victoria consecutiva en Mestalla. Y entre Álex Blanco y Guedes se encargaron de sellarla. La insistencia de Guedes, que peleó por un balón como se peleaba por el papel higiénico en los albores de la pandemia, le permitió asistir a su compañero, que hizo honor a su apellido con un impoluto remate a la salida de Rui Silva.
Maxi Gómez, a quien Víctor Díez le sacó el gol de la misma línea de gol, y Kang-in Lee pudieron ampliar la ventaja del Valencia. El Granada parecía más preocupado en llegar al parón de selecciones sin más lesionados y, sin embargo, acabó metiéndose de nuevo en el partido por obra de Roberto Soldado, que en su vuelta a su casa no falló en su cita con el gol. Ese gol le dio emoción a los cinco minutos de añadido que concedió Alberola Rojas, aunque nada cambió.