El consejo que dio Cruyff a Luis Fernández que nunca olvidará
"Luis, relájate. Es solo un juego, los jugadores son los actores. Si los has preparado bien, harán un gran espectáculo", le dijo en un Barça-PSG en 1995.
Luis Fernández es historia viva del fútbol francés y español. El exjugador del París Saint Germain ha querido recordar, en una entrevista en L'Equipe, anécdotas de su carrera tanto sobre el césped como hasta hace bien en los banquillos. Una de las anécdotas a destacar es un consejo que le dio Johan Cruyff durante un partido de Champions en 1995. Algo que se le ha quedado marcado para siempre.
Anécdota con Cruyff: "Durante el Barcelona - PSG en la Champions League, nos encontramos en la puerta de al lado del pasillo del Camp Nou. Fue mi primera vez contra él como entrenador. Me quedé impresionado, me dijo: "Luis, relájate. Es solo un juego, los jugadores son los actores. Si los has preparado bien, harán un gran espectáculo". Bebí sus palabras. Después, cuando vencimos a su equipo con el PSG en el Parque de los Príncipes, vino a darnos la mano en el vestuario y a felicitarnos.Fue una gran clase".
Interés de Barça y Atleti: "Cuando estaba en el PSG, el Barça de César Luis Menotti me quería. Fue una propuesta interesante. El Atlético de Madrid de Luis Aragonés también suavizó mis ojos. Pero quería quedarme en París, me sentía bien allí y mi familia también".
El delantero al que odiaba: "George Weah, a quien conocí cuando estaba en Cannes y él en Mónaco. En el campo, yo era entonces defensa central y le decía: "Tú, ¿de qué estás hecho? ¿Hierro, cemento? ¿No te duele cuando te bronceo?"".
La celebración más grande: "Lo más memorable es cuando ganamos la Copa de Europa. Lo celebramos toda la noche. Pasamos por Canal +, también subimos a los Campos Elíseos, y eso me encantó. Hubo un gran orgullo".
El jugador más fiestero: "Cuando yo era jugador, todos estábamos más o menos de fiesta. Después, cuando era entrenador tuve a Ronnie , un jugador al que le tengo cariño. Su segunda temporada fue más dura, le había gustado la fiesta, le encantaba. Pero porque estaba solo. Nadie sabía cómo frenarlo. Fue hasta el presidente para cuidar de él. Ese no era mi trabajo, sino hacerle trabajar".