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FRANCIA | FLORENT BALMONT

"Me pusieron una pistola en la cabeza durante 10 minutos"

El robo a Di María y a los padres de Maquinhos han vuelto a poner a los atracos a futbolistas en la parrilla de actualidad. Florent Balmont lo sufrió en 2008, cuando estaba en el Lille.

Florent Balmont.
ROMAIN LAFABREGUEAFP

Ángel di María y Marquinhos han vivido un drama estos días. El domingo, mientras ellos disputaban el PSG-Nantes, la casa del Fideo y la de los padres del central fueron asaltadas por ladrones. Afortunadamente solo hubo que lamentar pérdidas materiales, aunque las familias de los futbolistas se encontraban en el lugar. Choupo-Moting, Thiago Silva, Sergio Rico y Mauro Icardi también han sufrido incidentes similares en los últimos años, pero esta casuística va más allá del equipo parisino y es algo que se ha repetido a lo largo de los años.

Florent Balmont, excentrocampista retirado en medio de la pandemia cuando era jugador del Lille en 2008, vivió en sus carnes un asalto de este tipo, aunque en su caso sí que se encontró frente a frente con los saqueadores, como ha recordado en una entrevista concedida a Le Parisien. "Esa noche estaba durmiendo en casa. Jugaba al día siguiente. Eran las cinco de la mañana", contextualiza.

"Tiraron a mi esposa en el suelo. Me pusieron una pistola en la cabeza (...). Mi hija tenía cuatro años (...), pero lo vio todo"

Florent Balmont, en 'Le Parisien'

"Tres personas abrieron la puerta y me dijeron que habían venido a buscar las llaves de mi coche, que estaba en la parte delantera. Tiraron a mi esposa en el suelo. Me pusieron una pistola en la cabeza durante unos 10 minutos. Mi hija tenía cuatro años. No salió del dormitorio de arriba, pero lo vio todo", relata.

Un drama semejante se cambia la vida, como Balmont reconoce: "El club había puesto agentes desde las ocho de la tarde hasta las seis de la mañana. Durante este período, pasamos todas nuestras noches en la misma habitación, mi esposa, mi hija de 4 años y la menor, que en ese momento tenía 11 meses". Asimismo, no es algo que sea fácilmente eliminable y para una niña de cuatro años, menos. "Mi esposa y yo nos las arreglamos para superarlo solos. Pero a mi hija le persiguió durante varios años", finaliza un Balmont que ha querido arrojar luz a un drama demasiado habitual en la vida de los futbolistas...