El derbi del 'Kiricocho'
Bono usó la palabrita contra Haaland en el Sevilla y Cousillas, asistente de Pellegrini en el Betis, utiliza una superstición que quizá ha sido clave en la mejoría verdiblanca.
Sevilla y Betis se enfrentan esta noche en un derbi de los a priori más igualados durante los últimos años (sigue el partido en directo en AS.com). Imperial hasta hace apenas unos días, cuando cayó eliminado de manera consecutiva en Copa y Champions y ha perdido dos partidos de Liga seguidos, el equipo de Lopetegui anda ahora a apenas seis puntos (con un duelo menos, eso sí) de su eterno rival. Por contra, el Betis anda montado en una serie ganadora de cuatro victorias consecutivas y nada menos que 22 de 29 puntos posibles durante este 2021. Tremenda racha que le ha aupado al sexto puesto de la tabla, como uno de los aspirantes principales a al menos disputar el año que viene la Europa o Conference League, pero también soñando con la Champions si su eterno rival no despierta. Y sobre todo si no lo hace hoy, al calor de un partido de máxima rivalidad que la pandemia volverá a dejar sin público en las gradas.
Se juega el derbi del Kiricocho. La palabreja se ha vuelto a poner de moda esta semana porque el guardameta sevillista Bono se la gritó a Erling Haaland antes de pararle un penalti y el delantero noruego se la devolvió tras repetir el lanzamiento de la pena máxima, esta vez con gol. Kiricocho: un vocablo cuya historia pertenece originariamente a Carlos Salvador Bilardo, que aprovechó el gafe de un seguidor propio, llamado Kiricocho, para proclamarse campeón de Argentina con Estudiantes de la Plata. Se lo presentaba a los rivales y le funcionó. En Sevilla hay algunos mufas muy parecidos.
Usó Bilardo la palabrita también cuando fichó por el Sevilla años después... y la utiliza ahora Bono porque seguro se la ha enseñado alguno de los muchos argentinos que juegan en el club de Nervión (Ocampos, Acuña, Mudo o Papu). Pero es que, pensarán los supersticiosos y entre ellos el asistente de Pellegrini Rubén Cousillas, Kiricocho puede haberse convertido igualmente en una de las armas de la milagrosa mejoría de este Betis.
Dicen que Cousillas la usa constantemente en el banquillo del Betis en los momentos clave de los partidos. Y la realidad es que los verdiblancos no paran de ganar en conexión, muchas veces, con algún poder que parece sobrenatural: le pitaron dos penaltis en los últimos minutos ante el Getafe, derrotó al Cádiz con un cabezazo del menudo Juanmi o, hace menos de una semana, le remontó al Alavés un 0-2 durante una última media hora de auténtica locura en el Benito Villamarín.
El partido ante los babazorros encumbró de nuevo la figura de Borja Iglesias, bigoleador tras salir desde el banquillo y quien posiblemente sea una de las novedades béticas en el once junto al recuperado central Víctor Ruiz. Eso si la superstición no le sigue pudiendo a Pellegrini y prefiere tirar del delantero gallego otra vez desde el banquillo.
En el Sevilla aparecía ayer una importante duda de última hora, Lucas Ocampos, que no se ejercitó con sus compañeros en la sesión de entrenamiento antes del duelo. El extremo argentino, eso sí, sigue un tratamiento particular en el tobillo izquierdo, el que le fastidió el getafense Gené hace dos meses. A falta de conocer si Ocampos está para jugar finalmente, Lopetegui sólo dudaba con el acompañante de Fernando y Joan Jordán en el centro del campo. Rakitic, Óliver Torres, Papu Gómez y Óscar Rodríguez, todos ellos estuvieron bien en Dortmund, opositan a ese lugar vacante.