Griezmann, la primera gran decisión de Mateu Alemany
A punto de cumplir 30 años, la necesidad de fichar un nueve puede empujar a Laporta a plantearle una salida. El futuro del francés, pese a sus 12 goles y 11 asistencias, no está claro.
La de Antoine Griezmann será la primera gran decisión que tenga que tomar Mateu Alemany como director general del Barça. A punto de cumplir 30 años, y pese a que el francés no tiene unos números desastrosos (12 goles y 11 asistencias en 38 partidos), no termina de certificar su condición de crack en partidos de alto nivel. No ha marcado en ninguno de los grandes partidos de la temporada (se quedó a cero en los partidos ante la Juve, el PSG, Madrid, Attético y el Sevilla) y sus goles decisivos han sido en Liga ante el Athletic y en Copa ante el Granada. Demasiado, tal vez, para un jugador de 120 millones de euros que quería comer en la mesa de Cristiano y Messi.
Así que, dos años después de llegar, la gran decisión de Griezmann no será un documental, sino cómo gestionar su futuro.El Barça va a poner todas sus fichas al ficharje de Erling Haaland. Lo consiga o no, una de las conclusiones que se llevó de París es que necesita un delantero para los grandes días europeos. Griezmann puede ser un efecto colateral de esa necesidad.
La gestión de su salida, sin embargo, puede ser delicada. Al jugador se le ve cómodo en el vestuario. Y es querido ahí dentro. Después del partido de París, quiso dejar un mensaje. "Volveremos el año que viene, yo estoy al servicio del equipo sea para diez o para noventa minutos". Explicita una voluntad de continuidad. Mateu Alemany tendrá que tocar bien la tecla. Durante mucho tiempo, Griezmann fue una obsesión para el Manchester United. También para el PSG. Su deseo, sin embargo, era jugar en el Barça, y lo terminó cumpliendo. Pero su encaje no ha terminado de ser redondo en el equipo. Nadie discute su clase ni su esfuerzo, pero tampoco nadie se engaña y todos esperaban un poco más. Que Griezmann fuese un trueno real y cambiase las inercias del Barça. Igual que De Jong ya ha explotado en su segundo año, Griezmann no lo ha hecho salvo epidodios puntuales. Y eso puede marcar su futuro.