Laporta 'redebuta' en un palco al lado de Nasser Al-Khelaifi
Antes del vuelo, estuvo cariñoso con Jordi Alba y Leo Messi y arengó a los jugadores azulgranas. No le gusta nada el comportamiento del PSG en el caso Messi.
Aunque todavía no es presidente oficialmente (la toma de posesión no se producirá hasta que presente el aval de casi 125 millones de euros en LaLiga y este sea aprobado), Joan Laporta quiso estar desde el primer viaje al lado de sus jugadores. Invitado por el presidente de la Junta Gestora, Carles Tusquets, Laporta y su vicepresidente deportivo, Rafa Yuste, pasaron el correspondiente PCR este lunes y viajaron ayer martes.
Laporta esperó a sus jugadores en la zona de embarque y fue saludándolos uno a uno. Estuvo simpático con Dest y muy cómplice con Messi y Alba, con quienes se nota a leguas que mantiene una relación especial. Laporta tampoco pretende ser invasivo, pero está claro que en los primeros días debe llenar el vacío de poder que ha habido en el club durante meses. No sólo desde la dimisión de Bartomeu, sino desde que el ex presidente dejó de tener contacto con sus jugadores. "Aunque yo no he hablado con él, ya lo haré en el futuro, es importante que tengamos un presidente", dijo ayer en sala de prensa Frenkie de Jong.
Pero Laporta quería estar en París por más cosas. Al nuevo presidente del Barça no le ha gustado nada el comportamiento del PSG en el asunto Messi. De hecho, durante la campaña electoral estuvo durísimo y en esa línea ha seguido estos días. "El PSG le faltó el respeto al Barça al hablar públicamente sobre Messi. Un jugador puede desear públicamente la llegada del mejor jugador de la historia. Un club, no. Leonardo se equivocó y creo que lo sabe. Estoy seguro de que el PSG ha entendido bien el mensaje. El partido de París será mi primero como presidente. Amo nuestra nueva rivalidad, aunque tengamos dos modelos distintos: uno es de su afición, el otro de un emir que pone dinero al final de la temporada", dijo Laporta en Le Parisien, insistiendo en la línea de sus declaraciones contras los que llama “clubes-estado”.
Laporta mirará a los ojos a Nasser Al-Khelaifi en el palco. Es posible que Carles Tusquets le informe de los acontecimientos del partido de ida. Entonces, trascendió entre bambalinas de que el dirigente parisino se saltó el protocolo y celebró a los grandes los goles de su equipo. Tal vez, con el Barça al fin con presidente, todo sea distinto