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Alex Ferguson temió no volver a hablar jamás

El extécnico del Manchester United revivió sus miedos a raíz del ictus que sufrió en 2018 y desveló que recuperó el habla recitando a los jugadores de sus equipos.

Alex Ferguson.
CLIVE BRUNSKILLPool via REUTERS

Fue el entrenador más longevo del fútbol: sus 26 años al frente del Manchester United (de 1986 a 2013) así lo atestiguan. Fue el entrenador de la época dorada del United, de las grandes estrellas. Años, décadas cargadas de emociones de todo tipo, pero sobre todo de emociones ligadas a sus éxitos y sus récords. Pero años después de que Sir Alex Ferguson decidiera retirarse de la escena y dejar de entrenar, fue cuando tuvo que jugar el partido más difícil de su vida. Fue en 2018. Sufrió una hemorragia cerebral y, según acaba de confesar el extécnico inglés durante el Festival de Cine de Glasgow, donde su hijo Jason ha presentado la película 'Never Five In' (Nunca te rindas), rodada después de sufrir el ictus, y dedicada a repasar la trayectoria y las vivencias de su padre, perdió el habla.

Sir Alex Ferguson compartió con los presentes en el citado festival su dura experiencia vital: "Perdí la voz, simplemente no pude pronunciar una palabra, y eso fue aterrador, absolutamente aterrador. Y todo estaba pasando por mi mente: ¿Me va a volver la memoria? ¿Volveré a hablar alguna vez?".

La película ahonda sobre las prolíficas memorias de un mánager general único: empedernido fumador de cigarrillos, flexible y reflexivo a la vez, con carácter y mando de hierro, pero también con una sensibilidad especial para proteger a sus jugadores.

Aquellos a los que dirigió y guió acabaron siendo su terapia. Recuperó el habla, no sin poco esfuerzo. Con un terapeuta del habla, trabajó con ejercicios en los que tenía que recordar a cada miembro de sus equipos y su voz regresó después de 10 días.

Ferguson ganó 38 trofeos durante un período de 26 años a cargo del United. Anteriormente había dirigido al East Stirlingshire, St Mirren, Aberdeen y la selección nacional de Escocia. Pero no sólo contó su peor momento vivido, también uno de los mejores, el día que ganó el título de la Premier League por primera vez: "Dios todopoderoso, no podía salir del aparcamiento. Había miles de aficionados, podrían haberme nombrado presidente ese día".