Garcés regala un punto en otro final cardíaco en el Torres
El Fuenla igualó la contienda en el 87' después de que el Oviedo se adelantase en el 86'. Los carbayones no supieron aprovechar su superioridad numérica.
El Fuenlabrada rescató un punto en el 87' ante un Oviedo que no supo aprovechar la superioridad numérica con la que contó casi toda la segunda parte. Empate de oro para los azulones, empate de carbón para los carbayones.
Como si de los primeros minutos de un combate pugilístico se tratase, Fuenlabrada y Oviedo se midieron en los primeros compases del duelo. Ambos contendientes ponían en liza su juego directo y el del rival con un gran número de balones largos a la espalda de los centrales. Y, cuando parecía que los visitantes se llevarían estos primeros rounds, una combinación entre Nteka y Kanté, que sólo Femenías pudo desbaratar, puso en el partido a los de Oltra.
No tardaría en dar la réplica el conjunto carbayón y réplica de las de mandar a la lona. Marco Sangalli anotó en el 14' usando una de las mejores armas ofensivas de los carbayones: las jugadas de estrategia ofensivas. El VAR lo refrendó en el 15', ya que el linier lo anulaba de primeras. El Oviedo ya tenía el partido donde quería; el Fuenlabrada, a buscar la remontada.
El equipo local moría buscando las combinaciones rápidas entre Kanté y Nteka en vez de darle el balón a Cristóbal, su termómetro y el encargado de lanzar ese juego directo. Mientras, el Oviedo mordía, quizás demasiado, cuando el balón asomaba por el balcón de su área.
Mucho ritmo azulón en los últimos minutos del primer acto y es que los de Oltra asediaron, a base empuje, la portería de su excompañero Femenías. Los azulones merecían el gol de la igualada y al no llegar éste los nervios se apoderaban de los locales como se vio en el fallo de Pulido que casi supone el segundo tanto de los de Ziganda. Belman, imperial para detener el tiro de Borja.
El primer acto acabó con otra oportunidad del Fuenlabrada que quedó en nada. Los azulones lo pelearon, lo merecieron pero un Oviedo con mucho más colmillo se llevó el premio al término de los primeros cuarenta y cinco minutos.
Empezó el segundo tiempo igual que acabó el primer: el Fuenlabrada, volcado sobre los dominios del cancerbero carbayón. Sucede que, como dijo Oltra en una entrevista a este medio, "lo de competir, el Fuenlabrada lo tiene de fábrica". Sin embargo, la suerte no acompañó a los locales en ningún momento. Tanto fue así que Pathé Ciss, quien había visto una amarilla absurda en la primera parte, veía la segunda en una jugada sin demasiado peligro. El Oviedo tenía el partido muy de cara haciendo uso de una gran eficacia en cada una de sus acciones.
Cosas del fútbol, cuando más bajas parecían las pulsaciones del duelo y del Fuenlabrada, Diéguez puso la igualada en el 69' metiendo el dedo en la llaga que más le duele al equipo de Ziganda, las jugadas a balón parado defensivas. Su compañero en la zaga azulona, Pulido, se imponía a un frágil Grippo y asistía a un Diéguez, que enganchaba el balón a media altura. Tablas justas.
Locura. Eso fue lo que se vivió en los últimos momentos del duelo. Primero, Pulido, en propia puerta, ponía por delante al Oviedo en el minuto 86 tras finalizar una gran jugada de sus compañeros Juanjo Nieto y Tejera. Sucede que el Oviedo tiene mucho 'pelotero' dormido, mucho 'pelotero' que cuando quiere, domina. Un gol que a muchos equipos de Segunda les hubiera dejado K.O; no a este Fuenlabrada que tanto pundonor ha mostrado en sus dos años en el fútbol profesional. Un minuto después, Borja Garcés cazó el rechace de un gran tiro de Cristóbal que se estrelló en el travesaño.
Final loco en un duelo que hace justicia a lo que es esta categoría, donde poco puede pasar en 85 minutos pero que regala cinco minutos finales no aptos para aquellos que sufren de problemas en el corazón.