Raúl de Tomás y Embarba, los cabecillas de un Espanyol líder
El talento del 'pichichi' perico y del extremo fabricó, junto al balón parado, el gol de un triunfo que les sitúa provisionalmente en cabeza. Mereció más el Sabadell.
Líder. Según la RAE, persona o entidad que va a la cabeza entre los de su clase. Líder vuelve a ser el Espanyol, ni que sea provisionalmente durante 24 horas –pendiente este domingo del Mallorca-Almería. Y líderes del líder, o cabecillas, son indiscutiblemente Raúl de Tomás y Embarba, autores respectivamente de 15 goles y de ocho asistencias esta temporada, quienes desatascaron un disputado encuentro –balón parado de Dani Pendin, otro líder, este de la pizarra, mediante– ante un Sabadell que demostró por qué llevaba nueve jornadas invicto, si bien seguirá sufriendo una más en la zona baja.
Suele aparentar el Espanyol, en algunos de sus partidos, que su juego es casi tan previsible como sus alineaciones –esta vez, solo cambió al lesionado Miguelón, a quien sus compañeros animaron con una camiseta, por Óscar Gil– o que cede excesivos metros a sus rivales, en esta ocasión un Sabadell que le pudo sorprender al igualarle o incluso superarle en pragmatismo, lo cual es mucho decir ante un equipo entrenado por Vicente Moreno. Pero siempre pasan cosas. Y pronto.
Así, antes del minuto 23, se llevaban dos ocasiones clarísimas por equipo: un centro envenenado de Darder que Mackay salvó ante la mismísima escuadra, un contragolpe vertiginoso culminado en gol por Guruzeta, pero anulado por un milimétrico fuera de juego de Juan Hernández, un cabezazo de Cabrera al palo a la salida de un córner y, en la misma jugada, la réplica del extremo arlequinado que se topó con Óscar Gil.
Como casi siempre, sacaba partido el Espanyol a su calidad y al balón parado. Y, como casi nunca, exprimía el Sabadell al máximo no solo su posesión, sino también su explosividad. Y en medio, Ocón Arráiz y el VAR, que no aprecieron sobre el descanso una posible mano de Grego en el área para desviar un chut de Puado.
Y si en la primera mitad había rozado Cabrera el gol, en la reanudación lo provocó en buena medida. Con un zurdazo obligó a exigirse a Mackay, quien rechazó a córner. Y en ese saque de esquina arrastró a dos rivales para que Raúl de Tomás cabeceara libre de cualquier oposición, en el área chica, el 1-0, a saque de Embarba. Con la ayuda esta vez del uruguayo, apareció la pareja del gol perico.
Quedaba media hora larga, en la que –como en los primeros compases del encuentro– pudo pasar de todo. Para empezar, hasta tres jugadores se retiraron lesionados, Ibiza, Darder y Grego, este último en el añadido y ya sin cambios. Y si bien es cierto que buscó el Espanyol su segundo tanto, sobre todo en un chut cruzdo de Vadillo, también merodeó el empate un Sabadell que jamás se amilanó, y que encontró en el minuto 90 un cabezazo de Édgar que hizo temblar a Cornellà, a todos de hecho salvo a Diego López. Decidió la pegada, que como casi siempre fue patrimonio de Raúl de Tomás.