Woodman y el día de pesca que le complicó la renovación
Freddie Woodman, cedido por el Newcastle en el Swansea, se fue a pescar con su extensión de contrato en el aire. Firmó electrónicamente ante el enfado de su agente.
Ir de pesca es una actividad relajante, pero no siempre. Si no, que le pregunten a Freddie Woodman. El guardameta, uno de los mejores de la Championship inglesa, gracias a sus 16 porterías a cero con el Swansea en 27 partidos, vivió un tremendo sobresalto cuando su mayor preocupación no era otra que poner correctamente el anzuelo y esperar que picara algún pez. El joven (tiene 23 años), con las conversaciones de renovación de contrato con el Newcastle enquistadas, decidió marcharse al lago con su primo. Sin embargo, todo se aceleró, su agente le llamó, su padre le echó la bronca y tuvo que soltar la caña para firmar electrónicamente. No exactamente el día de pesca que Freddie tenía pensado.
Ha sido el propio protagonista de la historia quien ha relatado lo sucedido en una entrevista concedida a 'The Athletic'. Todo sucedió el pasado verano, después de haber pasado un primer curso cedido en el sur de Gales. El Swansea quería seguir contando con el Golden Glove (guante de oro) del Mundial sub-20 de 2017, en el cual Inglaterra saldría campeona con Freddie encumbrado entre los porteros más prometedores del planeta. Sin embargo, para ello debía llegar a un acuerdo con el Newcastle primero y ampliar la vinculación que le unía a las Urracas. Todo parecía lejano y eso decidió irse de pesca a Surrey con su primo Nathan...
"Mi agente estaba furioso", cuenta, entre risas. "Llamó y preguntó que dónde estaba. Dijo: 'Tienes que venir al centro de Londres a firmar tu contrato, ahora'. Le dije: 'No, no voy. Está tomando mucho tiempo llegar a un acuerdo'. Estaba muy enfadado. Y el jefazo también (Steve Cooper, técnico del Swansea interesado en la repetición de la cesión). Mi padre se volvió loco también. Me dijo: 'Eres un estúpido. ¿Por qué haces esto, justamente hoy?', continua contando a 'The Athletic', mientras se parte de risa.
"Todo pasó muy rápido. El día anterior, ni siquiera sabía que hubiese una mínima posibilidad de que podría resolverse. Mi agente me tuvo que mandar los papeles y tuve que firmarlos de manera electrónica. Estaba sentado en la orilla de un lago, pescando, partiéndome de risa con mi primo, y asegurando mi futuro tanto en el Swansea como en el Newcastle. Es la historia más divertida del mundo. ¡Me alegró el día!", finaliza un Woodman que se muestra en la entrevista como es, un tipo abierto, divertido, pero con un objetivo claro: "Ser el número 1 del Newcastle".
De momento, Karl Darlow ocupa ese lugar, pero, como él mismo reconoce, Freddie se ve como el futuro guardameta titular en St. James Park: "Por eso he firmado un contrato a largo plazo". Nuestro protagonista, como avanzamos anteriormente, se proclamó campeón del mundo sub-20 en 2017, formando parte de la generación liderada por aquel entonces por Dominic Solanke (MVP del torneo) y en la que también despuntaba Dominic Calvert-Lewin, autor del gol de la victoria en la final ante Venezuela (0-1).
En su etapa de crecimiento en la cantera magpie, uno de los entrenadores que más le marcó fue Rafa Benítez, que le dio la oportunidad tanto de entrenar con el primer equipo como de disputar cuatro partidos (todos de la FA Cup). Llegó a frustrarse por tener que jugar con el plantel sub-23 en lugar de salir cedido como otros compañeros de generación como Dean Henderson (su préstamo en el Sheffield le valió la llamada de vuelta a Old Trafford esta misma temporada). El camino de Henderson es el que espera seguir, puesto que esta es su segunda campaña en el Swansea.
Rafa Benítez y su padre, 'enfrentados'
Con el técnico español, recuerda una curiosa anécdota. "Cada entrenador tiene un estilo diferente. Hablé con Rafa en numerosas ocasiones, le encantaba la portería y me decía cómo irme abajo y tratar de blocar el balón, como Pepe Reina. Recuerdo que llegué a casa y le dije a mi padre, 'Rafa quiere que haga esto así'. 'No, eso no es lo adecuado. Debes lanzarse a los pies', me dijo. 'Dios, hay tantos estilos', pensé (...). Hay que encontrar el que mejor se ajuste a ti", asevera.
Andy, su padre, es entrenador de porteros, pasó por el propio Newcastle en la etapa de Alan Pardew y jugó más de 500 partidos en su etapa como guardameta. Superar a su padre es uno de los retos que mueven a Freddie, uno que va camino de lograr, pues su progenitor no jugó al más alto nivel. Pero el objetivo final está claro, desbancar a Darlow y soñar con la llamada de Gareth Southgate. De momento, en Championship está demostrando estar listo para dar el salto. Un salto como el que debió dar al recibir la llamada que sobresaltó un, a propio, tranquilo día de pesca...