El VAR indulta a un Leganés desatado en la nueva era Garitano
Un polémico gol anulado a Sadiq condiciona el cuarto triunfo consecutivo de los pepineros desde el retorno de su entrenador. Omeruo hizo el 2-1 en el 94'. Enorme malestar almeriense.
Tiene Garitano algo que algunos llamarán suerte. Para el Almería se llama desgracia. Eso e injusticia arbitral condensada en tres letras: VAR. El caso es que la versión 2.0 de este Leganés entrenado por el de Bergara sigue desatado, suma cuatro de cuatro victorias y ya habita a tres puntos de los puestos de ascenso directo después de haber sentenciado en el añadido a un Almería que bien pudo haber vencido de no haber sido porque Iglesias Villanueva anuló a Sadiq el 1-2 por unas manos más que dudosas. Su remate parecía franco, pero el árbitro, previa revisión decidió que no era así. Que la tocó con la extremidad. Un suspiro inundó Butarque a la par que un bufido de indignación sacudió Almería. Las tablas parecían garantizadas hasta que Omeruo hizo el gol del triunfo con el duelo agonizando en el 94' (se señalaron 6' de añadido). Antes habían marcado Sadiq (8') y Borja Bastón (47')
Inició el baile lastrado por el grave error de Bustinza. Un tiro en el pie. Casi literal. Sólo una bala descerrajada en la extremidad del capitán del Lega pudo explicar el pornográfico desatino de resbalarse en tan sencillo pase y sin presión alguna. Fallo infantil. El caso es que ocurrió y el balón le cayó a ese depredador desgarbado que es Sadiq, que la emprendió en una huida hacia el único espacio que reconoce como propio: el área. Y ahí ejecutó un remate seco. Limpio. Su 12º gol.
Minuto 8 y ya caían los locales 0-1 sin que nada hubiera sucedió aún. Inició un nuevo duelo con los nervios que atoraron las piernas de Bustinza enredándose en el juego de este Leganés que necesitó diez minutos para entonarse. Entre el 18’ y el 19’ gozó de dos claras ocasiones, pero Borja remató suave a las manos de Francisco pese a estar solo en el área y Omeruo se encontró con Carvalho salvando sobre la línea un testarazo que era gol a la salida de un córner.
Fueron las dos más claras para igualar en una primera parte de más acercamiento madrileño (ocho remates por seis de los andaluces), pero sin incomodar a ese serio muro que era el Almería, blindado y expectante (de nuevo) de otro error rival. Quiso Garitano agitarlo todo con la pizarra. Rober Ibáñez y Palencia entraron por Bustinza y Rosales. Cambió el dibujo (de tres centrales a 4-2-3-1) y casi sin tiempo, el resultado. Borja empató de cabeza en el 47' ayudado por el caramelo aéreo que fue el centro de Silva.
Aunque la ayuda de la noche tuvo forma de incomprensible decisión arbitral. Iglesias Villanueva anuló en el 70' un gol a Saliq por una mano que sólo él vio en la pantalla del VAR tras la salida de un córner. Empujón que el Leganés no aprovechó hasta el 94', cuando Omeruo hizo el tanto del triunfo tras un saque de falta que desató la euforia en Butarque, el territorio intocable del Leganés 2.0 de Garitano.