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Sevilla SEV
2
Suso 6',Luuk de Jong 83'
B. Dortmund BDO
3
Dahoud 18',Erling Braut Haaland 26', 42'
Finalizado

OCTAVOS (IDA) | SEVILLA 2-B.DORTMUND 3

Haaland arrasa a un Sevilla que dicen que nunca se rinde...

El noruego se presentó en España marcando dos goles y dando una asistencia que ponen casi imposible la eliminatoria para los de Lopetegui.

Sevilla
Haaland marca ante Bono.
Haaland marca ante Bono.Julio MuñozEFE

El Sevilla sucumbió ante el Borussia Dortmund, o mejor dicho, ante un Erling Haaland que pone en chino las posibilidades de clasificación de los de Lopetegui. Una asistencia y dos goles del noruego destrozaron a los locales en una primera parte en la que no aparecieron en ningún momento las señas de identidad sevillistas.

Se las prometía muy felices el Sevilla, puesto que su mal inicio de partido tuvo premio en lugar de castigo. El Borussia Dortmund asfixió con su presión la salida de balón de los de Lopetegui, a los que no les duraba nada la posesión. Sin embargo, una recuperación de Fernando acabó en los pies de Suso, que engañó preparando el disparo con su zurda, quebró a Sancho, chutó con la derecha y acabó cantando gol gracias al desvío definitivo de Hummels.

Sólo habían pasado nueve minutos y lo que debería haber supuesto un golpe a la moral de un equipo tan irregular este curso como el Borussia Dortmund, no lo fue ni por asomo. Los de Terzic siguieron mostrándose mucho más cómodo con el balón, asomándose al área de Bono y, ahora sí, apareciendo Haaland. Porque el empate llevó la firma de Dahoud con un bellísimo disparo a la escuadra desde fuera del área, pero el balón llegó a sus pies gracias a la potencia del noruego, al que ni Escudero ni Jordán lograron detener.

Cada equipo acumulaba un tiro a puerta y un gol. La efectividad no iba a variar, para desgracia de un Sevilla que no sabía como parar a Haaland. En esta segunda ocasión, el ariete cogió el balón en el centro del campo, se fue sin que nadie pudiera o supiera detenerlo, hizo la pared con Sancho y batió a Bono. Las caritas de los jugadores del Sevilla eran un poema, Lopetegui se desgañitaba y la película pintaba muy negra.

Y peor se iba a poner, puesto que el partido pareció venirle grande a demasiados futbolistas del Sevilla. Lo sorprendente es que dos de los más señalados fueran dos veteranos como Rakitic y Papu Gómez, protagonistas de una pérdida absurda en el centro del campo que dejó a Haaland, de nuevo, solo delante de Bono. Y como es costumbre en él, sumó otro gol a su cuenta. Makkelie pitaba el descanso y el marcador señalaba un 1-3 tan justo para el Borussia como sonrojante para el Sevilla.

La sensación era de que la eliminatoria le había venido tremendamente grande al conjunto nervionense. Desordenado, sin saber cómo ir a la presión y con fallos inauditos a la hora de combinar. Había que hacer algo y la decisión de Lopetegui fue la de meter cemento en el centro del campo dando entrada a Gudelj por un tremendamente desacertado Rakitic. Fernando retrasó su posición para cambiar a un dibujo de tres centrales y centrar la posición del Papu Gómez. La mejor muestra del escaso éxito de dicha apuesta es que diez minutos después se realizaba un triple cambio que daba entrada en el césped a De Jong, Munir y Óliver en lugar de En Nesyri, Suso y Papu Gómez.

Pasó a entonarse algo más el Sevilla, en parte por el brío que metió Óliver, pero principalmente porque los alemanes renunciaron a la posesión para intentar sentenciar, más si cabe, a la contra. Y pudo hacerlo, pero la ocasión más clara la iba a tener Óscar, último cambio de Lopetegui, con una falta que se estrelló en el palo a falta de un cuarto de hora.

El balón parado del ex del Leganés fue el principal argumento sevillista en los minutos finales y de sus botas iba a nacer el gol que mantiene mínimamente viva la llama de la ilusión. Un centro con música llegó hasta De Jong, que definió a un toque. Tembló el Borussia pero en Nervión faltaba el aliento de una grada que otras noches hubiera llevado en volandas a los suyos hasta la remontada. No fue así. Haaland fue demasiado para el Sevilla.