Mula y Nteka hunden al Castellón
Dos goles del Fuenlabrada sellaron el triunfo en Castalia. Campos, y más tarde Whalley, evitaron males mayores.
El Fuenlabrada de José Luis Oltra se llevó tres puntos de Castalia frente a un Castellón que se hunde en el fondo de la tabla en un encuentro en el que todo pasó en el primer tiempo: cuatro goles, uno de ellos anulado, dos penaltis y la intervención del VAR. Los de Juan Carlos Garrido mejoraron la imagen tras el descanso, especialmente gracias a la insistencia de Marc Mateu, que entró al reanudarse el encuentro en el segundo tiempo, pero Campos primero, y luego Whalley, evitaron un mal mayor.
Lo cierto es que hubo tensión desde el inicio. A Kanté le bastó un balón largo para plantarse frente a Álvaro Campos y estrellar el balón en el palo. El árbitro invalidó la jugada, pero mostró la seña de identidad del nuevo Fuenlabrada de Oltra, con Nteka y Kanté siempre cerca para aprovechar cada uno las virtudes del otro. La idea del Castellón de Garrido no dista demasiado: presión y orden en defensa, buscando la referencia de Cubillas. Sin éxito.
Eran los madrileños los que encontraban los pases entre líneas y la profunidad. Las primeras claras, llegaron por parte de los de Oltra, poniendo en aprietos en dos ocasiones a Campos en los primeros minutos. A la tercera llegó la vencida. Nteka cambió de ritmo en banda, levantó la cabeza y encontró solo en el punto de penalti a Mula, sustituto de Iban Salvador en el once, que no perdonó al primer toque.
Partido cuesta arriba con menos de diez minutos disputados, el equipo en descenso y el plan desde el banquillo no da para muchas alegrías. Del irreverente y anárquico, pero endeble, Castellón de Óscar Cano; a uno sólido, contundente, pero falto de ideas de Garrido. Y son, prácticamente, los mismos.
Con el tanto, el Fuenlabrada pragmatizó su juego. Menos riesgo y buscandos el riesgo de los de arriba. Por parte de los albinegros, sin Marc Mateu, tan sólo César Díaz parecía una vía de escape a la presión de los azules. A la media hora, el centrocampista zurdo ya calentaba en la banda de Castalia. Sin embargo, tras una gran acción de Rubén Díez, que esta vez sí encontró a Cubillas, que va a todas, sacó un penalti de la nada. Bodiger, recién llegado, asumió el reto. Al centro y para dentro.
Dos minutos duró la alegría. En un penalti de VAR, Muñiz Ruiz recibió el aviso y señaló el punto de penalti tras un disparo de Nteka que Gálvez desvió con la mano. El francés se plantó en los once metros y batió a Campos por su lado izquierdo.
A las primeras de cambio, llegó la reacción. Iago Indias se elevó en el cielo de Castellón para empatar el encuentro, pero el colegiado no tuvo ni que revisar la acción, al considerar que el central se valió de un apoyo para ejecutar el magistral testarazo. Habría sido un golazo. Su primero en el fútbol profesional.
Con uno abajo, Marc Mateu entró por Carles Salvador en una clara declaración de intenciones de cara al segundo acto. Pese a que el Fuenlabrada seguía inquietando cuando sumaba efectivos en ataque, el cambio varió el panorama para los locales. La siguiente variación: Campos por Whalley. El guardameta, que ya presentaba problemas físicos desde el primer tiempo, se retiró dolorido del campo tras un fuerte golpe con Kanté. Nada que ver con la sustitución.
Cristóbal movía a los azules con criterio, mientras que Franchu y Mula subían las pulsaciones con sus transiciones. Pese al resultado, los de Oltra se sentían cómodos en Castalia y la influencia de Mateu, activo en los primeros minutos, fue a menos. Franchu y Nteka tuvieron la sentencia, pero una secuencia de infortunios acabó con el balón en las nubes. El técnico valenciano movió las alas y entraron Pol Valentín y Pinchi para no dar tregua en las transiciones. Pero fue el Castellón, obligado por las circunstancias, el que apretó en el tramo final en busca del empate de la mano de un renacido Mateu. Con más corazón que cabeza y fútbol.