El estallido goleador y reivindicativo de Kevin Bua en el Leganés
Su doblete al Girona lo coloca en el espacio de relevancia para el que fue fichado. Apenas había contado para Martí y hasta Girona no había jugado con Garitano. Celebró un gol mandando callar.
Kevin Bua llegó a mediados de septiembre al Leganés para ser jugador referencia del proyecto de José Luis Martí. El propio entrenador mallorquín habló con este extremo hispano-suizo para convencerle de que el plan pepinero en Segunda le venía bien en su carrera. Que pese a ser un jugador que venía de jugar la Europa League con el Basilea, sería clave en Butarque y eso consolidaría su nombre en España, una de las grandes ligas. Nada de eso ha sucedido hasta ayer, cuando su doblete ante el Girona sirvió para ganar tres puntos fundamentales que rompían varias rachas en los blanquiazules.
Lo hizo saliendo desde el banquillo. Porque Bua ayer no fue titular de nuevo. Asier Garitano, pese a la lesión de José Arnáiz, decidió que lo mejor era usar a Rober Ibáñez tirado a la izquierda y no al propio Kevin, especialista en ejercer de extremo zurdo. Tampoco fue Bua el primer cambio del partido. Antes que a él (minuto 70), el entrenador de Bergara dio entrada a Palencia y Gaku. Así que el que luego fue hombre del partido sólo tuvo 20 minutos para demostrar que puede ser hombre clave en este Leganés. Lo consiguió.
Primero, con una de esas jugadas que se le veían hacer en el Basilea. Una llegada por la izquierda para combinar con sus compañeros (en este caso Eraso) y aprovechar una diagonal para batir al portero rival. Luego, en el 0-2, anduvo pícaro. Le robó a Samu Sáiz una pelota que parecía sencilla y, sólo ante el arquero, de nuevo marcó.
Gol con gesto de rabia
En este segundo gol Bua se marchó al corner opuesto a la zona de los banquillos para festejarlo, pero en el 0-1 hizo el camino opuesto. Con el dedo índice mandando callar, se fue hacia la zona de los reservas. Fue el capitán Rubén Pérez, primero, y el resto de sus compañeros, después, los que le hicieron desistir en ese festejo llamativo y casi reindicativo.
Quizá fue un estallido por su suplencia y tantos meses a la sombra. Porque en lo que llevamos de temporada, Bua sólo ha jugado nueve partidos entre Liga (siete) y Copa (dos). De ellos, en apenas dos ha sido titular. Con Garitano, de hecho, aún no había disputado ni un minuto.
Luego tras el partido, el propio Garitano piropeó al extremo al igual que al resto de suplentes que, en Montilivi, fueron vitales para el triunfo. “No es fácil, en el fútbol actual, en partidos tan fríos, sin público… salir… Pero ya hablamos de la necesidad de que la gente de banquillo aportara más. La gente que no inicia, fastidia, pero nuestra plantilla es amplia. Kevin es bueno. Y Miguel, y Gaku han estado bien. Y el último minuto de Sergio, que no es por lo que haya jugado, sino por su predisposición, cómo ha venido corriendo para el cambio. Eso me deja muy contento”, aplaudió el entrenador vasco.,
Ahora deberá decidir si, ante los méritos acumulados y la lesión de Arnáiz, sigue confiando, ya como titular, en Kevin Bua, el hispano suizo que ficho en septiembre por el Leganés para ser una de sus estrellas esta temporada.