Volvió el rodillo bávaro
Se dio un festín el Bayern ante un pobre Hoffenheim para teñir la Bundesliga un poco más de rojiblanco de lo que ya estaba. El 4-1 del conjunto dirigido por Hansi Flick frente al cuadro que le había endosado otro duro 4-1 en el enfrentamiento de la primera vuelta sirve a los muniqueses para ampliar el liderato de la máxima competición alemana a un total de siete puntos con respecto al RB Leipzig, eso sí, a la espera de lo que haga el cuadro germanoriental en el partidazo de la jornada frente al Leverkusen. Mientras, el Bayern camina solo en lo más alto de la Bundesliga. Marc Roca fue el elegido para suplir la baja de Goretzka por Covid en el doble pivote junto a Kimmich. Surtió efecto. Los bávaros empezaron dominando y teniendo la posesión de su lado. Sin embargo, la primera gran ocasión fue para los visitantes, obligando a Neuer a realizar una magnífica parada ante Bebou para evitar la temprana desventaja.
Siguió a lo suyo el Bayern y volvió a embotellar al Hoffenheim. Müller remató al larguero antes de que Boateng, finalmente, terminara materializando un córner de Kimmich para poner por delante a los suyos. Justo antes del descanso, seis jugadores del conjunto visitante se concentraron en Lewandowski, el polaco asistió rápidamente a Müller para que el alemán aumentara la renta a 2-0. Tan solo un minuto después, el TSG contraatacó y, esta vez sí, aprovechó su tercera gran ocasión del partido para recortar diferencias justo antes del descanso. El tanto de los pupilos de Sebastian Hoeness despertó la furia muniquesa en la segunda mitad.
Fue un auténtico vendaval el Bayern, que no tardó en reflejar su dominio en el luminoso del Allianz Arena. Lewandowski, con el que fue su vigesimocuarto tanto en Bundesliga (lleva nueve jornadas consecutivas marcando), subió el tercero tras un error entre Posch y Baumann. Gnabry, en un mano a mano con el meta, cerró un póker que hubiera podido ser manita si el VAR no hubiera anulado el quinto de Pavard por fuera se juego de Sané en la creación. No importó. El Bayern ya pone rumbo de crucero hacia la que sería su novena ensaladera consecutiva.