Una venganza 'redonda' para relevar al Atlético en Champions

Sopló el viento con fuerza en Buñol y lo hizo con aires de revancha. Con la herida aún abierta de la final de la Supercopa, en la que el Atlético tumbó al Levante por 0-3, las granotas se cobraron la venganza con un salto a la zona de Champions, que abandona en consecuencia de ello el equipo rojiblanco. Las de Sánchez Vera, que habían retomado su posición europea recientemente, ven peligrar su pasaporte a Europa tras un partido en el que mostró su peor cara.

El duelo arrancó con los papeles cambiados. Del Atlético que dominó hace poco más de diez días al Levante a un equipo rojiblanco perdido, sin opciones en el centro del campo, con una defensa caótica y con grandes dificultades en la salida de balón. Unas sensaciones que encontraban ciertas excusas en la ausencia de Leicy Santos y Amanda Sampedro, ambas bajas por lesión. Echaron de menos las madrileñas a sus dos motores en la medular, en la que Sánchez Vera se reinventó con una Deyna incómoda y una desacertada Bonetti.

En el otro lado del tablero, el Levante demostró haber aprendido la lección e hizo olvidar  las dudas del partido en Almería. Mediante ellas, el cuadro granota llegó con un extra de motivación. Un estímulo que se vio en cada presión y en cada jugada. Las de María Pry no dejaron pensar al Atleti. Y, aprovechando el desconcierto de las madrileñas, comenzaron a dejar avisos en forma de ocasiones en el área rojiblanca. 

No encontró soluciones al azote valenciano el Atlético y se cumplió eso que dicen de tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe. Un dicho que se acrecenta con dos jugadoras como Alba Redondo y Esther González sobre el campo. La delantera, pichichi de la Primera Iberdrola, sirvió a su equipo de una asistencia que dejaba en bandeja el primer gol tras una gran recuperación de la primera. Su centro medido desde la derecha buscó y encontró las botas de Banini.

La argentina no falló con su remate a placer en el segundo palo y celebró así su aparición hoy mismo en el Once de la Década de la CONMEBOL para IFFHS. Quiso despertar de la pesadilla el Atlético antes del descanso, pero María lo evitó con un paradón tras un testarazo de Laia Aleixandri. Con una Ludmila desaparecida y solitaria en ataque en los primeros compases, las de Sánchez Vera se atascaron ante un Levante que no quería perder otra gran y decisiva batalla ante las madrileñas.

Alba Redondo lideró el castigo con un doblete

Y así lo demostró mediante su ritmo tras salir del vestuario. Las de Pry seguían muy cómodas en su juego e incluso aumentaron en intensidad. Era un todo o nada. Una idea que seguramente resonó en la cabeza de Alba Redondo antes de armar un disparo desde el borde de la frontal para sumar el 2-0. La de Albacete aprovechó un error garrafal de Tounkara y no se lo pensó, mandando el balón al palo más lejano de Lindahl. 

Empezaba a mascarse la tragedia para el Atlético, aún más desorientado tras el segundo gol de una Alba Redondo que pudo hacer el tercero después de que a Lindahl se le escapara de entre las manos un nuevo disparo suyo. La sueca atrapó el balón antes de que el balón cruzara la línea de gol en un jugada que dejó sin aliento a su equipo. La frustración de las rojiblancas chocaba con una confianza que iba tomando cada vez más forma en el Levante, cuyo juego brilló impulsado por méritos propios pero ayudado por un coladero sin fin entre las rojiblancas.

La disputa por la Champions ardía en el césped de Buñol, que soñó, sueña y soñará más fuerte con su regreso a Europa. Y lo hizo a golpe de una Alba Redondo que se marchó del partido con doblete. El tercero llegó por medio de sus botas tras un nuevo fallo defensivo del Atlético.

La delantera de Albacete pescó un balón desde la derecha de Alharilla y sentenció un partido que vale su peso en oro. El Levante vuelve a la zona de Champions en detrimento de un Atlético que queda fuera de ella. Dicen que la venganza se sirve en plato muy frío, pero el cuadro granota no ha querido esperar para cobrársela. La oportunidad lo merecía...