Ceberio, Góngora y Añón lideran un alarde de contundencia
El Talavera tumba al Melilla con un doblete de Ceberio y un penalti transformado por Góngora, que también dio las dos asistencias al donostiarra.
Es alejarse de El Prado y al Talavera se le disipan los males. Cosas de este fútbol pandémico sin público. Con un doblete de Ceberio ante su exequipo y un penalti transformado por Góngora (que dio al donostiarra las dos asistencias) los de Víctor Cea dieron este domingo un golpe sobre la mesa en Melilla para llevarse los tres puntos y hacerse con el goal average en un partido que quedó resuelto en la primera parte.
Los dos ataques estuvieron muy activos, pero la clarividencia ante la portería rival fue netamente visitante. Los azulinos, insistentes por la banda derecha, llevaban la lección aprendida y destaparon en los primeros minutos las debilidades atrás de su oponente, poniendo a prueba la inseguridad de Edu Sousa con tres buenas ocasiones que no aprovecharon en los primeros minutos.
Pero el Talavera pronto se dio cuenta también de que podía encontrarle las cosquillas a la retaguardia local. Los dos primeros goles llegaron a balón parado, pero que fueron producto de claras acciones ofensivas. Añón se disponía a enfilar la portería cuando Muñoz le zancadilleó. El esférico al punto de penalti y ejecución perfecta de Góngora. Mismos protagonistas para el segundo gol, con Ceberio como invitado especial. Rubén Gálvez desvió lo justo a córner un disparo cruzado del gallego y Góngora la puso desde la esquina para el vuelo de Ceberio. El dibujo del tercer gol fue casi calcado. Centro esquinado de Góngora y remate del donostiarra, esta vez con la derecha, llegando desde atrás.
Que el ritmo del partido se mantuviera durante la segunda parte dependía de un arrebato de fe del Melilla que no llegó con suficiente intensidad. La trampa del fuera de juego en la que cayeron les costó dos goles que no subieron al marcador obra de Fran García (todavía con 0-1 en el marcador) y Borja Díaz (en el 75'), los dos jugadores más incisivos de los azulinos. Estos llegaban más por obligación que por convicción pese al despliegue de arsenal ofensivo que hizo Viadero, debutante en el banquillo melillense. Pero el Talavera no veía amenazada su victoria y fue el momento de dar descanso a unos y rodaje a otros. Adighibe, otro que debutaba, pero como suplente en el ataque del Talavera, estuvo a punto de celebrarlo con gol, pero Rubén Gálvez desbarató su llegada como hizo después con un remate de Toño Calvo entre intento e intento infructuoso de sus compañeros ante la meta rival.