No hubo conjura del vestuario; Zidane sí habló a la plantilla
A diferencia de lo que sucedió tras el 2-0 de Kiev contra el Shakhtar, esta vez los jugadores no se reunieron para atajar la crisis. Zidane sí mandó un mensaje de optimismo.
El Real Madrid está en crisis tras lograr sólo una victoria en los últimos cinco partidos y tras dos derrotas seguidas que han significado decir adiós a dos títulos, la Supercopa de España y la Copa del Rey, esta última con un agravante especial: ha caído eliminado por un Segunda B como el Alcoyano. Un momento duro en el que cabría esperar una conjura del vestuario que no se produjo este jueves, a diferencia de momentos anteriores.
En diciembre, tras la derrota blanca en Kiev contra el Shakhtar (2-0) y con el Madrid al borde de la eliminación en Champions, el vestuario se conjuró. Ramos convocó a los jugadores 90 minutos antes de empezar el siguiente entrenamiento posterior a la derrota para poner los problemas del equipo en común y buscar soluciones, una charla sincera en la que se puso en valor el papel de Zidane y de la que salió el mejor momento del Madrid en el curso.
Tras aquello, el Madrid venció en Sevilla, luego al Borussia en Champions (pasó como primero de grupo), luego al Atleti... y así hasta seis victorias seguidas, mostrando buena efectividad en ataque y estupenda solvencia defensiva. La conjura dio resultado, de ahí que extrañe que no se haya producido después del tropiezo en Alcoy, que deja muy tocados a varios integrantes de la plantilla y en especial a Zidane.
Zidane sí dio una charla
'Gol' informó de que los jugadores habían llegado a Valdebebas con el tiempo necesario para iniciar el entrenamiento, sin margen para charlas de ningún tipo, y que abandonaron las instalaciones tras la sesión. Sergio Ramos, de hecho, llegó con el tiempo justo para ejercitarse, si bien lo hizo dentro de las instalaciones para solventar las molestias que atraviesa y que le hacen ser duda para la visita al Alavés del sábado en Mendizorroza.
Eso sí, Zidane dio una charla a los jugadores tras el varapalo de Alcoy, según informó 'La Sexta'. Fue una conversación breve, de cinco minutos, y en torno a dos ejes: dejar en el pasado las derrotas en la Supercopa y la Copa y pensar en que lo más importante está por delante en el calendario, la Liga y la Champions League.