El nuevo Barça tiene hambre

Por más que sea considerado un título menor, esta Supercopa de España no es un trofeo más para el Barça. Viniendo del barro como viene después del 2-8 en Lisboa, y después de un annus horribilis que comenzó precisamente en la semifinal de la Supercopa la temporada pasada en Arabia, levantar el título en La Cartuja tendría un punto de catarsis para los azulgrana, necesitada como está la afición de cierta alegría y necesitado como está el equipo de recuperar la autoestima perdida.

Hambre no le va a faltar al Barça. Hasta catorce jugadores que viajan a Sevilla (Ansu, lesionado, no estará y sería el número 15) no han levantado ningún título con el Barça. Desde cracks que vinieron para eso como Griezmann, De Jong o, más recientemente Pjanic; hasta chicos del filial como Ilaix que aún no han debutado pero que podría inaugurar su palmarés. El primer título, además, tendría un sabor especial para jugadores jovencísimos que ya tienen peso específico en la plantilla como Araújo, Dest o Pedri, y para algunos que intentan hacerse hueco como Mingueza, Riqui Puig y Trincao. Tampoco han ganado ningún título con el Barça jugadores como Bratwaite y Júnior; ni los porteros suplentes, Iñaki Peña y Neto.

Catorce jugadores sin ningún título en este nuevo Barça en reconstrucción que contrastan con leyendas como Messi, que pelea por su título número 35 de azulgrana; y otra vaca sagrada como Busquets, con 27 títulos. Alba (14 títulos) y Ter Stegen (12), los otros jugadores que forman parte del once inicial, también ascendieron al cielo en 2015 con el triplete y besaron el suelo con el 2-8. Tanta sangre nueva, sin embargo, ha metido hambre en unos jugadores que, pese a haberlo ganado ya todo, celebraron como la primera vez la victoria en los penaltis ante la Real Sociedad. Alba saltó hacia un Ter Stegen eufórico y Buquets corrió desde el banquillo para hacer piña en una foto que habla de una nueva ilusión en el Barça.