La Juve está de vuelta
Los de Pirlo rompieron la racha sin derrotas del Milan, que no perdía desde hace 27 jornadas, triunfando merecidamente en San Siro con un doblete de Chiesa y un tanto de McKennie.
La Juventus mandó en San Siro un mensaje muy claro: se acabaron las bromas. El campeón de Italia rompió la racha sin derrotas del Milan, que no perdía desde hace 27 jornadas, con un 3-1 construido, por una vez, sin la ayuda de Cristiano. El triunfo, que deja a los turineses a siete puntos del liderato (con un partido menos), llegó gracias a las jugadas de sus nuevos y jóvenes fichajes, Chiesa, Kulusevski y McKennie y con una actuación colectiva perfecta.
Covid, sanciones y lesiones mermaron a ambos conjuntos, ensañándose con los rossoneri. Pioli tuvo que renunciar a siete jugadores: entre ellos, Ibrahimovic y prácticamente todo el mediocampo. Pirlo, sin Cuadrado, Alex Sandro y Morata, apostó por Danilo, el joven Frabotta y por Dybala. El argentino llegó a la gran cita tras días difíciles y con fiebre, pero con una maravillosa jugada propició el tanto que rompió el partido. Un taconazo de la Joya puso a Chiesa solo delante de Donnarumma, y el italiano, que poco antes había rematado al poste, ganó el mano a mano.
Los milanisti también tuvieron sus ocasiones con Leao y Castillejo, pero lograron el empate gracias a Calabria. El lateral, adaptado en el mediocampo por la emergencia, coronó su gran momento con un disparo desde el límite del área que se coló por la escuadra. En el arranque de la reanudación, no obstante, Chiesa volvió a desequilibrar el partido encarándose con Theo y batiendo a Donnarumma con un zurdazo raso, imparable. El italiano estaba siendo el mejor de los suyos con diferencia, pero se lesionó en la jugada y ahí se vio la diferencia entre los equipos: los banquillos. Pirlo pudo sustituirlo con Kulusevski, otro enorme talento que construyó con una gran carrera el 1-3, deshaciéndose de Romagnoli y centrando para McKennie, que empujó el esférico entre palos. Quedaba poco más de un cuarto de hora, pero el Milan no tenía fuerzas ni hombres para volver a cambiar el rumbo del enfrentamiento. Los rossoneri siguen al mando de la Serie A, pero ahora saben que la Juve no ha muerto. Es más: está de vuelta.