Gerard reina en la agonía
El Villarreal venció al Levante en el derbi pidiendo la hora. Fer Niño y el nueve de la Selección hicieron los goles locales. Sergio León recortó distancias.
El Villarreal recupera el paso con los goles de Fer Niño y Gerard después de llegar a este derbi con una sola victoria en los últimos siete partidos, con tres empates consecutivos en casa. Tumbó al Levante porque, pese a las bajas y su condescendencia, le sobran los recursos. Tanto tiene Emery en la despensa que le dio para dejar en la grada a Kubo y enseñarle la puerta del Getafe. Aun así, sufrió de lo lindo. En primer lugar porque Emery cambió al descanso lo que funcionaba, el control y la salida de balón con Parejo de cinco. Y en segunda instancia, debido a que perdonó la sentencia y resucitó a un rival espoleado por el tanto de Sergio León.
Los primeros minutos del encuentro fueron de tanteo. Más con lo propio que con lo ajeno. El Villarreal estrenaba medio campo, con Iborra fuera y Capoue aún sin desembalar, mientras que el Levante, obligado por las ausencias, jugaba con línea de tres atrás y un solo central natural, el apagafuegos Duarte, y dos carrileros a los que le costó recordar cuáles eran sus funciones. En este periodo de reconocimiento Roger (3’) y Fer Niño (6’) tuvieron las mejores ocasiones. El partido tenía ritmo, hasta que un par de encontronazos lo frenaron de manera decisiva. Tras uno de estos parones, Rochina tubo que abandonar el campo lesionado. En el otro choque, de Peña con Toño, el lateral del Levante se quedó fuera del campo atendido mientras el Villarreal cocinaba el 1-0 con un ataque que fue de derecha a izquierda y que culminó con un centro raso medido de Pedraza a Fer Niño. El canterano, debajo del larguero, agradeció el regalo.
El Villarreal dominó entonces al son de Perejo. Sin embargo, le faltó colmillo en los últimos metros. Gerard anduvo por momentos demasiado lejos del área en este tramo y Yeremy se atascó en su afán de explotar el uno contra uno. Paco López, por el contrario, echó mano de Malsa y su equipo empezó a dar señales de vida pese a sus despistes. Dani Gómez perdonó incomprensiblemente el empate en una jugada calcada a la del gol local, pero en el otro área (32’). Coke probó después con una buena rosca de falta (47’) a la que Asenjo respondió con agilidad manteniendo la renta al descanso. El Villarreal se sentía superior y lo aireaba.
En la reanudación, se esperaban cambios en el Levante y, sorprendentemente, el que los ejecutó fue Emery. Foyth (central) intentó coger sin éxito los mandos del medio campo y Chukwueze sentó a Yeremy. El Villarreal perdió el control pero ganó en vértigo. En la primera ocasión de este segundo tempo, Gerard hizo el 2-0 en una acción en la que convirtió un traspiés, al querer golpear con el exterior, en un certero derechazo. Así son los genios, que no se conforman con mejorar cada jugada sino que, además, se inventan suertes nuevas dentro del área. Poco después, Parejo pudo finiquitar el partido. Pecó de generoso y envalentonó al Levante que, sólo ocho minutos después (73’), acortó distancias con un despiste defensivo de Estupiñán. El lateral, recién salido, se olvidó de su marca en un rápido saque de banda. Con 20 minutos por delante el encuentro se rompió para desesperación de Emery, dejando el 3-1 tan cerca como el 2-2. Gerard (al palo) y Morales (en una gran llegada) no acertaron en la definición, por lo que todo se quedó como estaba. Con el Levante resoplando por el primer tiempo que había perdido y con el Villarreal aún tiritando por no matar cuando debía.