Las seis razones por las que Las Palmas no puede aspirar a más
Llegados al parón invernal, la UD se sitúa a solo cuatro puntos del descenso después de muchos factores que han dificultado su camino hasta la fecha.
Una vez conocidos todos los resultados de la jornada 19 de la Liga Smartbank, la UD Las Palmas comienza a mirar de reojo los puestos de peligro de la tabla clasificatoria tras una racha de cuatro encuentros sin ganar, en los que ha encadenado tres empates consecutivos y una dolorosa derrota ante el Rayo Vallecano. A esta situación, en la que parece quedar claro que no queda otra que conformarse con amarrar la permanencia, se ha llegado por diversos contratiempos que no han cesado desde el inicio de la temporada y que lastran jornada tras jornada el camino de los insulares.
Lesiones continuas
Sin duda, este ha sido el verdadero trauma de la UD en lo que llevamos de campeonato con una infinidad de lesiones musculares, recaídas y bajas que se han alargado en el tiempo sin explicación alguna.
Casos verdaderamente extraños se han repetido una y otra vez como es el de un Araujo que, desde que sufriera una supuesta pequeña molestia ante el Castellón en octubre, ha ido entrando y saliendo de las convocatorias por diversas dolencias desconocidas hasta que en Sabadell, el pasado 22 noviembre, echó el freno y se espera que regrese a la dinámica del equipo el día 28.
Otro de ellos es el Pejiño, que lleva sin jugar desde octubre por una rotura del músculo isquiotibial, al que posteriormente se unieron unos problemas en su tobillo por culpa del césped de Barranco Seco y recientemente el periódico La Provincia apuntaba que podría sufrir nuevas complicaciones que retrasarían su vuelta hasta mediados de enero. Suma y sigue.
Pero, por si no fueran poco estas dos bajas claves en la punta de lanza de los amarillos, existe una amplia lista de bajas que empieza por el guardameta Raúl Fernández, actualmente sin ficha y que tendrá que reincorporarse el uno de enero, Ale Díez, fuera de los terrenos de juego desde el 3 de octubre por una fractura de Jones del quinto metatarsiano del pie izquierdo, unida a la de jugadores como Sergio Ruiz, Loiodice, Óscar Clemente, Aythami Artiles, Clau Mendes, Dani Castellano y la última conocida de Cristian Cedrés, con una rotura completa del cruzado anterior en su rodilla derecha, que le mantendrá de baja entre seis y siete meses.
De esta forma, para Pepe Mel ha sido prácticamente imposible contar con un equipo titular de garantías en lo que llevamos de campeonato y la situación no parece que vaya a cambiar a corto plazo, aunque se espera que con la vuelta a los entrenamientos el próximo 28 de diciembre se recuperen varios efectivos a la causa.
Cambios de sistema
Una cosa lleva a la otra y tanta lesión ha provocado que el técnico madrileño se las haya tenido que ingeniar durante estos meses para ir adaptándose a los jugadores que tenía a su disposición. Si bien parecía que en un principio su esquema ideal era el 4-2-3-1; también ha optado en varias ocasiones con jugar con un solo pivote en la medular, con un 4-1-4-1, eligiendo a Javi Castellano o Fabio como ancla y Sergio Ruiz y Kirian de enganche por detrás del punta; otras veces por el rombo, o, finalmente, por el 4-4-2, con un Rober más pegado al delantero centro de turno, ya sea Iemmelo o Espiau. También, como caso excepcional, en Vallecas se vio un plan inicial que situaba al delantero extremeño Rober como falso nueve, pero la lesión de Cedrés en el minuto dos cambió completamente esta visión de un Pepe Mel que terminó el encuentro con un esquema de 3-5-2 a la desesperaba en los minutos finales del encuentro.
Con todo esto, lo que se viene a apreciar es que la UD ha ido transformando su idea de juego en cada partido a raíz de las continuas bajas que sufre en todas sus líneas, por lo que saberse un once titular o un esquema definido de los amarillos es prácticamente imposible y esto en la Segunda División se paga.
Pobre segunda unidad
A años luz se encuentran los suplentes de los teóricos titulares de esta Unión Deportiva, demostrando semana tras semana que no son capaces de aprovechar las oportunidades que Pepe Mel les concede. Los casos más llamativos son los de los delanteros sustitutos de Sergio Araujo, ya que si bien el Chino ha anotado cuatro goles en solo ocho participaciones en Liga, Iemmelo no se ha estrenado en liga en 10 partidos y Edu Espiau ha materializado dos dianas en 15 encuentros. Así es imposible que un equipo despegue hacia cotas mayores.
En situaciones similares se encuentran futbolistas como Benito Ramírez, que empezó muy bien la temporada y poco a poco se ha ido diluyendo como un azucarillo o un Maikel Mesa que, a pesar de su empeño, jugando en la posición que sea, tanto de mediapunta o de pivote, no termina de materializar una actuación reseñable. Como bien dice Mel en sus intervenciones en rueda de prensa sobre ambos: “Los futbolistas se ponen y se quitan solos, y lo que puedo decir es que estoy contento con Maikel Mesa. No me planteo que tenga que salir. Ahora mismo, con nadie. Pero sí es verdad que aquí somos 26 jugadores, 24 de ellos del primer equipo, y por otro lado, en estos momentos no estamos viendo al mejor Benito, pero esto depende de los futbolistas”. Y los de estos dos futbolistas no son los únicos, ya que para un artículo aparte daría la aportación a la causa de Aridai Cabrera desde su llegada a la UD hace ya un año.
Incapacidad fuera de casa
Las Palmas es el único equipo de la categoría que ha sido incapaz de ganar en estas primeras 19 jornadas de liga fuera de casa. Los insulares han cosechado seis empates y cuatro derrotas en sus diez desplazamientos, a pesar de que Mel siempre ha dicho que “nosotros, el cuerpo técnico, no le damos más importancia a un partido porque sea dentro o fuera de casa. En el fútbol, la presencia de espectadores, menos ahora en este caso, que no hay, no pueden influir nunca a la hora de preparar un encuentro. No entiendo que haya diferencia”, pero la realidad está ahí, con un equipo que ha recibido 14 goles en sus viajes y ha anotado la mitad lejos del Gran Canaria.
“La explicación para esa racha de resultados es difícil. Hemos estado cerca de ganar muchos partidos, y empatamos otros tantos. Tenemos que seguir insistiendo en ese planteamiento de no hacer distinciones a la hora de jugar dentro o fuera de casa”, decía el técnico hace unas semanas. Habrá que esperar si en 2021 se revierte la situación porque, de lo contrario, el abismo del descenso no está tan lejos como parece y la losa de no conseguir ese ansiado triunfo fuera de la isla cada vez pesa más.
Conformismo
Otra de las claves del andar en tierra de nadie de esta UD es la falta de ambición en determinados encuentros en los que parece que los amarillos no son capaces de reaccionar hasta que no reciben el primer golpe y ya es demasiado tarde o, en otras ocasiones se conforman con el empate, como ocurriera en el último partido del año en casa. “Nosotros tenemos gente joven que puede querer, aprender y hemos confiado en ellos. Espero que ese cambio se note en el futuro porque sería muy triste que nos acomodáramos a mirar hacia abajo y ver que le metemos un punto más al descenso. Ante eso, me rebelo", dijo Mel después de empatar ante el Alcorcón en Gran Canaria, dando muestras claras del enfado con sus pupilos por no ir a por un encuentro que, de ponerle una marcha más, se podía haber decantado por los locales.
“Hemos aburrido”, recalcó también en aquella comparecencia. Y en ese mar navega últimamente la UD, en el de la inapetencia de sus aficionados por sentarse ante el televisor, dado que la apuesta futbolística brilla por su ausencia y parece que al equipo le falta una marcha más que a sus rivales para ir a comerse los partidos. Un ejemplo de ello se vio ante el Rayo Vallecano, donde ni tan siquiera la UD pudo llegar a la portería contraria en 90 minutos de juego.
Endeblez defensiva
Y, por último, pero no menos importante, se encuentra la situación de la zaga amarilla o el apartado defensivo en general de los grancanarios que, hoy por hoy, deja mucho que desear. Un conjunto que solo ha sido competente para dejar su portería a cero en cinco partidos y que ha encajado 25 goles en 19 jornadas.
Esta debilidad ha hecho que Mel haya probado prácticamente con todos los jugadores que ha tenido a su disposición, haciendo debutar al jugador del filial Ismael Athuman en el centro de la defensa, en busca de posibles soluciones para evitar tal sangría. Evidentemente, algo que no ha conseguido hasta la fecha y que, probablemente, sea una de las posiciones a reforzar de cara al mercado invernal ante su falta de confianza en el argentino Tomás Cardona, único jugador por el que el club desembolsó dinero (150.000 $) para traerlo en verano en calidad de cedido.
Por todas estas razones la UD está donde está, a cuatro puntos del descenso, y no puede pensar más allá que conseguir la permanencia en una temporada de transición que promete pasar sin pena ni gloria con los aficionados viendo a su equipo por la pequeña pantalla.