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Aprobados y suspensos del Celta: Aspas rompe su maldición

El moañés por fin consiguió marcar al Getafe. Lo hizo de penalti en el único disparo a puerta en un partido tan feo como disputado. Volvieron a encajar.

Rubén Blanco: No pudo hacer nada en el golazo de Damián Suárez, más que mirar y aplaudir. Apenas tuvo trabajo, no realizó ninguna parada en todo el encuentro. Intentó sacar el balón desde atrás.

Mallo: Esta vez no estuvo tan alegre en ataque como en anteriores encuentros. Mantuvo a raya a Cucurella e intentó alguna internada en ataque, pero sin demasiado éxito. Firmó un partido serio.

Araújo: Muy seguro al corte y, sobre todo, en los balones aéreos, tanto frontales como laterales. No se complicó la vida en la salida de balón, buscando siempre a Denis o el balón largo. Fue amonestado en una acción fortuita con Mata.

Murillo: Disputó la última media hora mermado por unas molestias físicas que casi le obligan a pedir el cambio. En esa última fase se le vio más inseguro y cometió algún error de bulto en la salida de balón. Antes se había comportado solvente, principalmente en el juego aéreo.

Olaza: Protagonizó la acción del penalti. Se incorporó bien por su banda y regateó a Damián, quien le derribó dentro del área. Intentó crear peligro con sus centros, sobre todo a balón parado, pero no encontró rematador. En defensa no sufrió.

Tapia: Inmenso. Cortó todos los balones que pasaron por su zona, que fue muy amplia porque estaba en todas partes. Hasta en tres ocasiones tuvo que ser atendido por los médicos por distintos golpes y continuó ejerciendo su trabajo de manera impecable. Es un seguro de vida.

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Brais: Abandonó la punta del ataque en la que marcó un doblete la jornada pasada para jugar en su posición habitual, de mediapunta por la derecha. Buscó la asociación con Aspas y con Denis y trató de sorprender en sus incorporaciones al área, pero no tuvo fortuna.

Denis: Estuvo más acertado en la destrucción que en la construcción. Pese a no salirle las cosas en ataque, donde le faltó mucha precisión y perdió bastantes balones, no escatimó esfuerzos para ayudar a Tapia en la contención del centro del campo.

Baeza: Fue la gran sorpresa del once, pero no aprovechó su oportunidad. Estuvo ausente durante la hora larga que permaneció en el césped. No desequilibró a través de la profundidad ni se asoció con sus compañeros con fluidez. Fue el primer sustituido por Coudet.

Aspas: Al moañés ya no se le resiste nadie. Acabó con su maldición y por fin le marcó al Getafe, equipo contra el que no sumaba ningún tanto ni ninguna asistencia en los once anteriores encuentros. Tuvo que ser de penalti y con suspense, pero sumó otra víctima a su extensa lista.

Nolito: Abandonó el costado izquierdo para actuar como socio de Aspas en ataque. Sin embargo, le faltó finura en el último toque. No tuvo la inspiración de las últimas semanas, por lo que no terminó de desbordar ni de encontrar alguna ocasión de gol a través de la asistencia o del disparo.

Emre Mor (entró por Baeza): El turco tuvo muy buenas intenciones, pero siempre ejecutó mal. Se le ve con ganas, aunque le falta aplomo. Fue amonestado por protestar al linier una clara falta que había sufrido de Nyom.

Okay (entró por Nolito): Salió al campo en los últimos minutos para reforzar el centro del campo, para ayudar a Tapia a ganar la batalla del mediocampo y evitar sustos de última hora.