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GETAFE 1-CELTA 1

Aspas anula el golazo de Damián

Se adelantó el Getafe con un golazo del uruguayo (6'), que después cometió penalti sobre Olaza y empató Aspas. La explosividad del primer cuarto de hora degeneró en tedio.

Ni Coudet pudo ampliar su racha de victorias ni el Getafe volver a ganar en casa. No perder es buen consuelo para ambos y el empate el resultado más justo de un partido que empezó precioso y se apagó muy prontito. Un cuarto de hora de pasión y otros tres de parálisis ofensiva por anulación del rival. Los locales expusieron algo más, los visitantes saborearon mejor el punto. Mucha intensidad y muchísima igualdad.

No fue un partido muy brillante, pero sí bien jugado. Una partida de entrenadores sabios que no salieron del todo satisfechos, sino orgullosos de ver plasmado su trabajo. De salida, el Getafe tapó muy bien la salida de balón del Celta con un cambio de sistema que dejó a Ünal muy solo en punta y a Maksimovic lanzando sus garras a una presión alta bastante efectiva. Los gallegos, más incómodos con el balón, sí fueron efectivos en la presión tras pérdida y tampoco permitieron que los locales estuviesen cómodos.

El inicio fue lo único eléctrico e hizo pensar que se disfrutaría mucho más. Damián marcó un gran gol en la primera acción de peligro. Una jugada típica del uruguayo que de vez en cuando deja una obra de arte en forma de gol. Regate sencillo en carrera y balón a la escuadra. Marca de la casa. Su gran alegría se vio reducida pronto. Diez minutos después cometió penalti en una gran incorporación de Olaza al ataque que exageró en la caída, pues el contacto había sido muy liviano. No falló Iago Aspas. Rubén Yáñez le adivinó la intención y llegó a tocar el balón, pero iba demasiado fuerte para sus manos.

Desde entonces todo fueron movimientos tácticos y fútbol de entrenador. Los dos porteros no llegaron a hacer una parada en todo el partido. Cucurella pasó a la izquierda para liberar a Cucho de la persecución a Olaza y realizó tres cambios ofensivos rápido en busca de una sorpresa que no logró. Coudet fue más conservador o le gustaba más lo que veía. Buscó movilidad con Emre Mor y dejó sentirse cómodos a los suyos por detrás del balón. Poca cosa para el espectador.