Un trabajo incompleto
Williams adelantó a los leones y Yeremi Pino igualó el tanteador. El Athletic estuvo muy serio a domicilio y el Villarreal desgastó con la posesión, pero ninguno se llevó el triunfo.
El Athletic mudó su piel para lograr un punto de prestigio en campo del rey del empate en esta Liga, con permiso del Huesca. En el día en que se anunciaba la revolución de los chavales (Fer Niño, Nico Williams, Vencedor…), el que se doctoró es Yeremi Pino, otro producto de la fábrica canaria. En el ida y vuelta, el Villarreal fue desgastando al cuadro rojiblanco, al que sometió en la segunda parte, pero se deshizo mucho a la hora de defender. Su trabajo le dio el premio de igualar el tanto inicial de Williams, de Iñaki, que su hermano Nico no llegó a debutar.
De entrada, nada hacía indicar que ese equipo de rayas rojas y blancas era el mismo que el que cuatro días atrás sesteaba ante el Huesca. Yeray, Vencedor y De Marcos, tres leves retoques en la carrocería, pero el Seat 600 era un bólido. Había chispa, fluidez, verticalidad y mucha actividad para tener al balón circulando todo el tiempo. El Villarreal con el esférico abrochado es un peligro público, un bloque retórico, genera mucho, pero sin él, le cuesta volver. En la medular, Foyth se monta sobre el área enemiga y deja muchos espacios para el contragolpe enemigo, y más si el rival tiene a una flecha como Williams estirando el campo.
Los rojiblancos tenían enorme capacidad para sufrir cuando el Submarino amasaba la bola. Eso sí, todo se pudo poner de cara para los castellonenses al poco de comenzar, cuando tras un saque de banda, Gerard metió un gran pase a Niño. Este tocó el balón y Simón fue a la trayectoria y lo rozó después. Derribó al punta de Rota, pero estaba liberado de culpa por esa circunstancia. No hizo el clásico gesto culpable de recoger el brazo justo al contactar con el futbolista. Medié Jiménez pitó penalti, pero desde la sala VOR le alertaron de que había una nebulosa de duda. Justo cuando Gerard se disponía a ejecutar la pena máxima, el colegiado catalán aceptó la invitación y se fue a ver la acción en la pantalla a pie de campo. Esta le recomendó rectificar. No había atropello en el área. Luego tuvo jaleo con un balón que dio en el codo a Vencedor, otra jugada de esas que crean polémica.
Williams dio un aviso madrugador con un disparo que se fue cerca del poste en el 17’. Y dos minutos más tarde anotó el gol que le sacaba de cierta pena que llevaba arrastrando mucho tiempo. A Emery se le averió el capitán Mario Gaspar y salió Peña. El Submarino con la pelota crece como la espuma y te va minando, y el Athletic quedó estacionado en campo propio, primero para descansar un poco y luego casi por inercia. Para espantar definitivamente todas las desdichas de los últimos tiempos, Unai Simón se redimió con un paradón a Peña. Luego taponó con el pie otra buena ocasión, de Niño. El meta alavés hizo en La Cerámica en la primera hora de juego las mismas paradas que en los cuatro partidos anteriores completos: cinco. Los leones al fin recordaron la primera ley del fútbol: llegar y rematar.
Había que estar alerta con el arranque rojiblanco en el segundo tiempo, porque en las últimas citas había sido una caricatura. Los amarillos apretaron las clavijas. Apenas regresado del intermedio, Pedraza lanzó al lateral de la portería un pase de Moreno, pura magia cada vez que tocaba el balón. Aparecía por todas las zonas del frente ofensivo y sacaba ventajas en cada acción. Todas las ocasiones de peligro salían de sus botas. Se fue Vesga y entró Dani García. El equipo bilbaíno ni olía el balón y la presión era ineficaz. Pero otra estampida, iniciada por Capa, esbozó el 0-2, un contraataque que no terminó bien Berenguer por no darle de primera. El Submarino es machacón, aprieta las tuercas hasta reventar las estructuras asentadas, con llegadas y posesión, riesgo... no se veía más que tonalidad amarilla en tres cuartos de campo pero el Athletic tuvo resortes para estirarse un poco en el minuto 70. Si era el día de los críos, con Nico Wiliams comiéndose las uñas en la grada, fue Yeremi Pino el que acaparó el protagonismo. Primero mandó un balón al palo y luego no perdonó, con un gran zambombazo a la red en el que hubo cierta complicidad de Capa. Su aparición fulminó la esperanza de los leones, que, pese a la faena incompleta, se demostraron que si se lo acaban creyendo, pueden dar mucho más de sí.
Garitano: "Somos mejores fuera, con menos responsabilidad y más espacios"
El entrenador del Athletic Club de Bilbao, Gaizka Garitano, señaló en la rueda de prensa posterior al empate cosechado por su equipo ante el Villarreal que demostraron personalidad ante un rival tan complicado, así como ambición para buscar la victoria. "Estoy contento, el equipo ha demostrado personalidad, hemos querido ganar siempre. En la primera parte hemos estado bien y hemos tenido personalidad. En la segunda parte ellos han apretado, pero al final hemos tenido opciones de ganar", explicó.
"Está todo muy igualado, es complicado ganar, todos los equipos están compitiendo bien y se hace complicado. Venimos de ganar y ahora sumamos un empate en un campo complicado", añadió el técnico, quien destacó el papel del delantero Iñaki Williams, autor del gol del conjunto bilbaíno. "Es un jugador importante, hoy era un partido propicio para él y ha estado bien. Dependemos mucho de él y si él está bien es más fácil", admitió.
Garitano reconoció que "nos pasa a muchos equipos que estamos mejor fuera que en casa, llenas menos la responsabilidad y tienes más espacios. Debemos aprovechar estos partidos y cuando los equipos se encierran buscar soluciones. Pero es verdad que nos está costando a todos".