Arenas movedizas
Con mucho en juego tras las dos últimas derrotas, Rozada revoluciona el once, mete a Cejudo y Bustos en las bandas y reserva a Pablo Torre como revulsivo
Gobela es de hierba artificial, es cierto. Y debajo tiene el más duro hormigón de la zona, sin duda. Pero jugar con el nombre del rival del Racing y lo mucho que se juegan los santanderinos, y muy especialmente su entrenador, es una tentación casi imposible de resistir para un periodista deportivo, lo reconozco. No es que Javi Rozada vaya a ser engullido por la ciénaga, como pasaba en aquellas películas de Tarzán en blanco y negro, pero una derrota ante los getxotarras, a sumar a las cosechadas en la última semana en Leioa y Mutilva, le dejaría al borde del despido. El Racing está jugando muy mal, apenas genera en campo rival (ni hablar ya de ocasiones de gol) y no manda en los partidos. Todo eso reconocido por la propia empresa. Y lo que es más grave, viendo jugar al equipo no se adivina cual es su auténtica personalidad.
Para revertir la situación, el técnico ovetense va a agitar el árbol. De arriba abajo. De la portería a la punta de ataque. Hasta siete jugadores de los que iniciaron ante el Mutilvera, Lucas, Ceballos, Maynau, Nana, Pablo Torre, Cedric y Balboa, saltan del once. Da la sensación que también va a cambiar de sistema, para volver al 4-4-2, abandonando los tres centrales. Aunque esto último es un decir, ya que estarán en el campo los cinco que tiene, aunque previsiblemente Mantilla y Gil jugarán de laterales y Villapalos de pivote, lo cual puede permitir al asturiano cambiar de sistema con un simple grito. Matic y Figueras ejercerán de lo suyo. Está claro que Rozada quiere blindarse con un gran poderío en el juego aéreo ante el fuego cruzado del Arenas en busca del rocoso Mikel Pradera, cuya pelea suele aprovechar a las mil maravillas el cántabro Leandro.
Con la nulidad ofensiva de las últimas semanas, es obvio que el frente de ataque está pidiendo retoques, y el técnico va a aplicar cirugía en profundidad: cambia los dos extremos y cambia los dos puntas. Pierde velocidad pero gana talento con Cejudo y Bustos (ya recuperado) y arriba apuesta por lo que le queda una vez descartados los que venían jugando. Entran Siverio y Jon Ander por Cedric y Balboa. Pablo Torre, indiscutible protagonista de las acciones de calidad de este equipo a lo largo del año, viaja hoy en Las Arenas en calidad de bala en la recámara. El plan parece ser reservarle en esta ocasión, como en Sarriena, para saltar al césped en la segunda mitad, cuando los rivales se hayan desgastado algo en la pelea.
En el histórico Arenas, uno de los grandes del fútbol español en los inicios de este deporte en nuestro país, no podrán contar con Jaume Pol, por sanción. El mallorquín, con breve paso por la Gimnástica, está firmando una temporada magnífica y hoy dejará el lateral izquierdo para Iván Alonso, aunque los 'arenarólogos' no descartan que hoy Olaizola cambie su casi fijo 4-1-3-2 por una defensa de tres centrales para intentar sorprender a los cántabros.
Tal y como están los bolos pinados en este grupo, el Racing tiene al alcance de la mano un sólido liderato si es capaz de ganar los dos partidos que tiene aplazados, Sanse y Real Union, pero si hoy pierde en Gobela podría incluso caer a la tercera parte de la clasificación, la de aquellos que ni tan siquiera catarían la 1ª RFEF, y solo tendría como objetivo de los últimos tres meses de temporada evitar el descenso a Tercera. Los pelos como escarpias estarían en El Sardinero en ese caso. Como diría el gato Jinks, el archienemigo de Pixie y Dixie: ¡Maldita Segunda B!
(Foto principal: Pablo Torre, posando para AS esta semana en la tienda oficial del Racing)