Garitano logra otra vida extra
Penalti de Pulido sobre Kodro, que decantó un partido infumable del Athletic. El Huesca, sin colmillo cerca del área y sigue colista.
Kodro pidió hace unas semanas salir de Bilbao si Garitano sigue sin darle bola. Tal vez no estaba en condiciones de exigir nada porque su currículo no le permite demandas tan sonoras. Sólo sumaba 12 minutos esta temporada. Pero a partir de ahora, con un gol que vale oro para el Athletic, sí podría levantar la mano y pedir la vez. Un penalti de Pulido sobre el delantero hispano-bosnio en el tramo final desatascó un partido que el equipo bilbaíno lo tenía en la garganta, sin poder digerir convenientemente. Un pase magistral a un toque de Berenguer encaminó al hijo del mítico Meho. Su control con el pecho fue medio tanto. Iba a marcar y se lo impidió Pulido, que vio la segunda amarilla y tuvo que desfilar. Por minutos jugados-goles marcados, Kenan es el punta más efectivo del Athletic. Después remató la faena Núñez en un córner muy bien templado por Morcillo. ¡Inaudito, un gol en saque y remate de los leones! Que aquello acabara dos a cero era para creer en brujas. Con nada los leones sumaron tres puntos. El Huesca, que pierde muy poco este año, cayó de forma clara haciendo mucho. Esa es la lectura para ambos: el rendimiento de los esfuerzos. Kodro y Núñez, dos que no cuentan, sacaron las castañas del fuego a un técnico que es don erre que erre, cuando parece que va a salir de la cueva, incide en elegir en la medular los que peor tratan la pelota.
La vida del Athletic transcurre entre ultimátum y ultimátum al inquilino del banquillo. Los goles no deberían negar el bosque de la mediocridad en San Mamés. La señal que envió Garitano enviando a Dani García y Vesga a la sala de máquinas era deprimente: una invitación a actuar sin ritmo. El exarmero está en un momento bajísimo, con pases insustanciales en horizontal o atrás. Tuvo un caramelo en el área tras pase de Vesga a Yuri y asistencia de este, pero le rozó Borja García, le desequilibró y no pudo empalarla. El Huesca tenía más ideas, aunque estas se sepultaban al acercarse al balcón de Unai Simón. Eso sí, Ontiveros dispuso de tres tiros, uno de ‘folha seca’ y otro a portería con palomita del meta local, y amenazaba con concretar un golazo de 'crack' como aquel ante el Alavés que dedicó a su abuela enferma de coronavirus. La lucidez quedaba para futbolistas como Rico, de vuelta a un estadio que tanto ama.
Con muy poco, un equipo raso dejó temblando al Athletic. Este, un bloque pedestre, demostró que su ejercicio heroico de Valdebebas había sido un espejismo. Su fútbol vive un ocaso y los enemigos se agigantan por invitación. No hay quien entienda a Garitano. Cuando parece dar con la fórmula, la tira al contenedor. En San Mamés al descanso ante tal desaguisado se habría armado la mundial. Mira que se han visto bodrios en Bilbao esta temporada, pues este era The Best. Nada de fluidez ni verticalidad, sin noticias de ese nervio que ha hecho grandes a los leones en la era del preparador deriotarra. Yuri tuvo tiempo para volver a mostrar sus eternos desvanecimientos, posiblemente por efecto del coronavirus ya superado. Se refrescó con un poco de agua y a correr, chapa y pintura. Pulido localizó un móvil en el campo en el segundo tiempo y se lo entregó al colegiado, que se lo pasó al delegado. Empezó la búsqueda de su dueño. Fue lo más llamativo que pasó en 46 minutos de supuesto juego.
Garitano deshizo el camino y puso a Vencedor en el verde tras el descanso. No hace más que mudar su zona de creación, síntoma de que no hay proyecto. En dos minutos, el equipo facturó un par de tiritos, señal de que había intención de subir revoluciones. En un córner estuvo Íñigo Martínez cerca de la victoria. Al Huesca si le metes en su campo, sufre lo indecible, Y así se vio poco a poco en el segundo tiempo. Míchel tenía clara la estrategia: aguantar una hora y poner al pívot Rafa Mir a sembrar el pánico. A ello se puso. Siovas y Villalibre, los dos barbudos, se batían en batalla como en una lucha grecorromana. Un rodillazo del azulgrana en las lumbares, por donde baja el nervio, dejó KO al rojiblanco. También se lesionó Borja García. Todo esto, más el carrusel de cambios, remitió a un partido sin continuidad, y faltaba remate, aunque había más dinamismo. Todo se encaminaba a un reparto de puntos. Hasta que Kodro sacó la chistera. Si San Mamés tuviera gente, se habría montado la mundial. Por tanta vulgaridad.